Justamente hace una semana se estaban ya conociendo detalles de que se estaba desarrollando la denominada Operación Pizarro contra el amaño de partidos de fútbol por las apuestas cuyo germen está en China. Desafortunadamente se cumplieron todas las premisas y condicionantes que había publicado este periódico ya desde el mes de septiembre del 2016, cuando destapó el caso. Entonces hubo quien nos tachó de sensacionalistas y auguró que todo se iba a quedar en nada.

Pues hete aquí que aquello, en fin, ha derivado en una investigación de carácter nacional. De hecho, primero fue la Fiscalía de Badajoz y después el juzgado de instrucción número 1 de Zafra los que tomaron el mando tras las averiguaciones policiales, que comenzaron precisamente con una visita a la sede central de este diario, que fue el origen mismo de todo.

Desgraciadamente estamos en el centro de la diana nacional por un tema de perfil negativo. Pero todo es muy relativo. Tramposos, está quedando demostrado en éste y en muchos ámbitos, los hay en todos lados. La Tercera División es muy dura, aquí también, y hay futbolistas que apenas ganan unas pequeñas primas por punto sumado. No justifica esto la condición de tramposo que, es evidente, están algunos cultivando.

Ahora hay que esperar a que todo quede aclarado y que se depuren responsabilidades. Ya hay dos futbolistas en la cárcel de Badajoz. Si son culpables estos y otros acusados, además de los que seguro llegarán, que paguen. El fútbol modesto tiene aquí una rémora considerable. Visto lo visto, tendrían que prohibirse las apuestas a estos niveles.

Permítanme, por una vez, mirarme el ombligo y proclamar las bondades de mi profesión. No somos ni jueces ni policías (hay quien se confunden), pero, desdramatizando, servimos para algo.