No se llegó a llenar ayer el Multiusos, pese a que la oferta era de aupa. Nueve horas y media de excelso tenis que fueron contemplados, en el mejor de los momentos, por no más de 3.000 espectadores. Nueve horas y media en la que las mejores raquetas nacionales se dejaron la piel en la cancha. Los horarios del Master eran difíciles de conciliar con la vida laboral, salvo que se tratara de personas que percibieran un sueldo de cualquiera de las administraciones públicas de la región.

Alguien lo resumió muy bien: "Aquí somos todos funcionarios". Y era, en gran medida, cierto. Mucho saludo. Mucha cara conocida. Mucho vecino de despacho. Ya se sabe lo que pasa en estas pequeñas ciudades con un amplio sector público. No eran, evidentemente, los únicos que disfrutaban ayer de un magno espectáculo. Jubilados y un nutrido grupo de chavales, en su mayoría apostados tras los asientos de los tenistas a la caza de la rúbrica, poblaban y daban color también a las gradas del recinto cacereño.

Emilio Sánchez Vicario, actual capitán de la Copa Davis, fue uno de los ´vips´ de la maratoniana jornada de ayer. La alcaldesa Carmen Heras también quiso disfrutar del evento, aunque pareció querer dosificarse ante el atracón que espera hoy, con las semifinales, y el sábado, con la final. Se marchó pronto.

¿Incidentes? Alguno menor y zanjado con varias peticiones del juez de silla a los niños apostados detrás de los jugadores. El tenis y el tumulto, ya se sabe, están reñidos. También alguna inoportuna sintonía de móvil hizo detener alguna acción. David Ferrer pidió parar un saque de Feliciano López por este motivo, curiosamente en uno de los fondos reservados. Ante la poca celeridad en atajar el sonido, Feliciano, ni corto ni perezoso, espetó: "No lo pares, no", con evidente disgusto.

¿Comentarios? De todo tipo. Desde el sorprendido "en televisión los jugadores parecen más chaparrillos, en directo son unos bigardos" hasta el socorrido chisme de marcado tinte rosa. Había tiempo ¡cómo no! para hacerse eco de los cotilleos: "Feliciano acaba de dejarlo con María José Suárez. Claro ella quería algo más serio y a él le gusta mucho la calle. Es cosa de la edad. Es aún un niño".