Al entrenador del Cáceres 2016 no se le olvida la dura derrota que sufrió su equipo ante el Ourense en la primera vuelta. Aquel 80-62 lo utiliza ahora para advertir que, aunque los gallegos ya no tienen demasiado que decir en la clasificación ni por arriba ni por abajo, son un oponente que no perdonará una posible relajación. "Allí nos dieron un baño", dijo ayer literalmente Gustavo Aranzana, que probablemente decidió cambios en la plantilla después de aquel resultado del pasado 18 de diciembre.

Para la cita de mañana (19.00 horas, Pabellón Ciudad de Cáceres) el técnico no permite ni un atisbo de relajación. "Hay que tener máximo respeto al Ourense y máxima tensión. Todo depende de nosotros mismos, de que podamos mantener el nivel, sobre todo en defensa, que estamos mostrando en casa", advirtió en declaraciones a este diario tras el entrenamiento de la tarde de ayer. Sí pudo acudir Shawn Taggart, aunque mermado por la gastroenteritis que le afecta en los últimos días. Gio Dedas sigue siendo baja y el lunes será sometido a nuevas pruebas para ver la evolución de su rotura de la cabeza del peroné. "Tengo jugadores. Cuando uno no está, otros saben que deben dar un paso adelante, como está ocurriendo", sentenció.

CUESTION MENTAL "Es un partido en el que hay que salir mentalmente fuertes. Es un equipo peligroso, que saca partido a los jugadores que tiene en ataque y que en defensa es duro", analizó Aranzana. El Ourense ha perdido para el resto de la temporada a uno de sus puntales interiores, Yao Koffi, por lesión.

Al final del camino está la clasificación para los playoffs . "No voy a hacer cálculos más allá de este partido. Cuando estemos metidos matemáticamente, podremos pensar en acabar lo más arriba posible, de si no queremos que nos toque Melilla o La Laguna en la primera ronda. Pero de momento no", apostilla.

El club cacereño espera, pese a ser una fecha especial, una buena entrada. Los socios aún podrán mañana recoger en taquilla una invitación.