El técnico vallisoletano Gustavo Aranzana ve su vuelta a los banquillos de la mano del Cáceres 2016 como "un alivio para recuperar una sensación que se echa de menos cuando se está fuera", al tiempo que se considera "regenerado y mejorado en muchos aspectos" en el retorno a los banquillos.

Después de su segunda etapa en León, con el segundo ascenso logrado a la Liga ACB y el sinsabor del descenso consecutivo, Aranzana tan solo había tenido la ocasión de dirigir, eso sí, con éxito, a la selección española sub-20 con la que conquistó dos medallas de bronce europeas.

"Estaba con unas ganas enormes de volver a dirigir el día a día, porque es como una droga que, aunque durante un tiempo la olvides, luego tienes que recuperarla", afirmaba el entrenador vallisoletano que durante este tiempo alejado de la actividad diaria se ha centrado en "ver muchos partidos, entrenamientos, conocer cosas nuevas y aprender, aprender mucho y de muchos".

Su retorno, fraguado tras el encuentro del Cáceres en Menorca, tras poner el técnico Piti Hurtado su puesto a disposición del club, se cerró "en cuestión de horas, porque siempre hubo la mejor disposición para ir a un proyecto serio, con un club y una ciudad que respiran baloncesto y que quieren volver a la Liga ACB".

Sin embargo, el reto prefiere marcarselo a medio plazo, porque el objetivo -señaló- es "hacer buen baloncesto, ganar el máximo de partidos posibles y estar en las eliminatorias por el ascenso".

Por de pronto, tendrá dos duras pruebas, este miércoles ante La Laguna "una auténtico equipazo, con dos MVP como Donaldson y Guillén, que juega alegre y con un ritmo enorme y que encima llegará con ganas después de dos derrotas, pero el Cáceres ha de empezar a hacerse fuerte en su cancha, sobre todo por que hay que parar la sangría de tres tropiezos consecutivos".

De su nuevo equipo considera que tiene "un plantel de calidad, aunque se haya pecado de demasiada irregularidad, con mucho talento para anotar, pero con margen de mejora importante en la faceta defensiva", por lo que de momento no prevé cambios en la plantilla "a la espera de ver cómo se comporta cada jugador".

La siguiente cita liguera tendrá un carácter muy especial para Aranzana, ya que el domingo -19.30 horas- visitará la cancha de Baloncesto León "en un nuevo momento especial, como otros vividos anteriormente" -afirmó a Efe-, ya que fue su último equipo con el que vivió "sensaciones increíbles con el ascenso y amargas por la decepción del descenso".

Para el entrenador vallisoletano -que también dirigiera al equipo de su tierra en dos etapas, al Caja San Fernando o Tenerife-, Baloncesto León tiene "gran calidad en varios de sus jugadores, con experiencia, sobre todo para sacar adelante partidos en casa, por lo que será difícil sorprenderles, porque si yo les conozco, ellos también saben mi filosofía", precisó.