Lo dije el técnico alemán del Jurgen Klopp, al frente del vencedor Liverpool, actual campeón de Europa: Si llegamos a jugar como arbitró ella, ganamos 6-0. No hay mayor elogio para la árbitra francesa Stéphanie Frappart, de 35 años, que ayer, en una final de la Supercopa de Europa apasionante y dificilísima de dirigir, sacó matricula de honor según el mundo del fútbol, que a estas horas elogia la decisión de que esta colegiala del Valle del Oise (Francia) fuese la protagonista de un hecho más que histórico, absolutamente impensable hace pocos años y/o meses.

Frappart se convirtió ayer, en el Besiktas Stadium, de Estambul (Turquia), en la primera mujer en arbitrar un partido masculino de máximo nivel de la UEFA y, no sólo superó el examen a todos los niveles, técnico, físico y de mando, sino que tuvo una actuación sobresaliente junto a sus asistentes, su compatriota Manuela Nicolosi y la irlandesa Michelle O'Neill. Frappart.

UNA CARRERA METEÓRICA

Todo el mundo intuía que Frappart, protagonista de una carrera meteórica, se haría con los mandos de la final desde el minuto uno. En abril dio el salto a la Primera División francesa tras cinco temporadas arbitrando en Segunda. Tengo las competencias y capacidades para estar aquí", dijo entonces. Y lo está demostrando. Fue también la árbitra de la final de la reciente Copa Mundial Femenina, que enfrentó a Estados Unidos y Holanda.

Durante toda la primera mitad, Frappart no abusó del silbato y dejó las amarillas en el bolsillo. Una falta de Van Dijk en el minuto 4, en el que el holandés bloqueó un pase de Giroud, suscitó unas momentáneas dudas porque la colegiada pitó falta, pero no sacó tarjeta. Mayor fue la polémica en las redes sociales al minuto siguiente, cuando Mané se arriesgó a una chilena y dio con el balón en el brazo de Christensen. La afición del Liverpool pedía penalización por mano, pero Frappart no lo consideró: las nuevas reglas establecen que solo se penaliza si los brazos no están en "silueta habitual", y no fue el caso del defensor 'blue'.

CONTROL ABSOLUTO DEL PARTIDO

En el minuto 40, Frappart anuló un gol de Pulisic por fuera de juego, y el VAR le dio la razón. La hinchada no protestó más de lo habitual. También la segunda parte empezó sin amarillas, pese a algunas faltas en ambos lados. Fue en el minuto 79 cuando Frappart comenzó a mostrar mano dura, primero con una amarilla a Azpilicueta por protestar una falta y en el 84 con otra tarjeta para Henderson, que había derribado a Emerson.

La decisión más polémica pudo ser el penalti que pitó en la prórroga, castigando a Adrián, que se había tirado a los pies de Abraham. La medida permitió a Jorginho marcar el 2-2 y equilibrar el marcador. Pero tampoco se registró una protesta especial en las gradas de la hinchada roja. Tampoco cuando en el minuto 106 le cayó otra amarilla a Alexander-Arnold.

LOS ELOGIOS DE KLOPP

Se confirmó lo que había dicho Frappart, gran protagonista en la previa y después del partido, cuando le preguntaron sobre su presencia en esa final: "Cada equipo juega distinto, pero el fútbol es lo mismo para mujeres y hombres".

Pese a que el mundo del fútbol no cesa en estos momentos de elogiar la actuación de Stéphanie Frappart, en todos sus aspectos, pues siempre, siempre, estuvo bien colocada gracias a su fantástica preparación física, es evidente que el comentario realizado por Klopp al término del encuentro recoge, sin duda, lo que piensa todo el mundo de este acontecimiento histórico. Le dije a Stéphanie después del partido, que si hubiésemos jugado como ellas arbitraron, habríamos ganado 6-0. Hicieron un buen partido. Hicieron un gran trabajo. Estuvieron realmente bien. Hay que tener en cuenta que tenían muchísima presión encima, pues se trataba de un momento histórico. Y tanto Stéphanie como sus compañeras hicieron lo que tenían que hacer en todo momento. No podría tener más respeto por ellas del que tengo.