"Tenemos que ganar ante un rival que está en una situación parecida a la nuestra. Si no lo hacemos, no merecemos estar en esta categoría. No podemos fallar". Pedro Pablo Braojos, técnico del Cacereño, acaba de finalizar el entrenamiento del viernes y no se muerde la lengua. Quiere una motivación extra de sus jugadores. El reto es de vital importancia: mañana ante el Ejido (16.30 horas, Príncipe Felipe) es capital para el futuro en la competición de la plantilla que maneja.

Pero el técnico está confiado, dado lo visto a lo largo de esta semana. "Hemos entrenado mucho mejor que en anteriores semanas, con rabia y con muchas ganas", dice orgulloso. Por ello cree ciegamente en el éxito. "Hemos tenido mucha disciplina y motivación", incide, "y eso a mí me gusta. También me gusta que los jugadores hablen y que muestren su orgullo", añade.

El toledano se siente también especialmente motivado. "Tengo que dar ejemplo a los jugadores. Hemos de trabajar con serenidad y tranquilidad, pero también enrabietados para poder sacar el partido adelante. Lo necesitamos".

"Va en el sueldo"

El mismo dice que no se siente extraño porque se le pueda estar cuestionando. "Está claro que cuando los resultados no salen, te pueden cortar la cabeza. Es también evidente que este equipo ha creado unas expectativas que no se están cumpliendo. Yo siempre digo que lo de las críticas a los entrenadores va en el sueldo, ya que somos la cabeza visible del equipo. Además, prefiero que se metan conmigo a que lo hagan con los futbolistas", dice con una clarividente contundencia.

Pero Braojos lo espera todo positivo para el trascendente duelo de mañana. Ve a sus jugadores con un estado de ánimo y de forma suficiente como para sumar el segundo triunfo en lo que va de temporada. "Jugamos ante un rival directo, ante un equipo que solamente tiene una victoria, como nosotros, y debemos ganar", asegura el toledano.

Para el partido de mañana no estará el central Tomás. Aunque el salmantino ha mejorado ostensiblemente, la prudencia aconseja no forzar, entre otras cosas porque aún no parece recuperado del todo. Con todo y con ello, la consigna y la arenga ha quedado diáfana: lo imprescindible ahora es el triunfo.