BALOMPEDICA LINENSE: Lolo Soler, Palancar, Olmo, Carlos Guerra, Javi Gallardo, Juampe, Ismael Chico, Chema Mato, Salvi (Oscar Martín, min. 60), Sergio Ortiz (Hugo Díaz, min. 65), Copi (Alberto Merino, min. 72).

ARROYO: Juanma, Manu (Guti, min. 46), Santi Polo, Bayón, Castaño, Abel, Domingo, Lolo (Ezequiel, min. 66), Dani González (Juanfran, min. 59), Ruano, Willy.

GOL: 1-0 (min. 58): Copi.

ARBITRO: Miguel Sánchez-Seco Otero (Madrid). Amonestó a los visitantes Manu (min. 24), Ezequiel (min. 74) y Abel (min. 81) y al albinegro Ismael Chico (min. 76).

El Arroyo comenzó ayer su segunda andadura en la Segunda División B con una derrota en La Línea (1-0). El conjunto cacereño se plantó bien en el terreno de juego durante el primer tiempo, en el que maniató a los de casa, pero careció de capacidad de reacción, a pesar de los movimientos realizados desde el banquillo, cuando se vio por detrás en el marcador. El bloque ajedrezado acusó las bajas con las que afrontaba este entreno en la competición, especialmente las de ataque, porque apenas tuvo presencia ofensiva, y eso permitió a la Balompédica estrenarse por tercera temporada consecutiva con una victoria ante sus incondicionales.

La primera mitad se desarrolló exactamente como preveía el programa de mano. Los extremeños sin arrinconarse en su área, se replegaron para cerrar las vías de acceso a su portería, en espera de una contra que nunca llegó a producirse.

Curiosamente, el primer acercamiento a puerta lo protagonizaron los extremeños. Lolo puso a prueba a Lolo Soler en el minuto tres, pero el portero balono no tuvo problemas para hacerse con el esférico.

A partir de ese momento el único equipo que tuvo presencia en ataque fue el de La Línea, pero sin atrincherar ni agobiar a un rival muy bien colocado, en el que el excelente trabajo de Abel y Lolo cortocircuitaba las ideas de los de casa, hasta conseguir que el duelo fuese enredado, muy espeso, lento, aburrido para el espectador.

Aun así la Balompédica, a base de tener el balón, dispuso de algunas ocasiones antes de que llegase el intermedio. Sergio Ortiz, que lanzó mal cuando se encontraba solo ante el marco (min. 4) y Chema Mato al cabecear un falta sacada por Sergio Ortiz (min. 24) tuvieron las más claras y Copi protagonizó varias acciones de sobresalto, que no llegaron a convertirse en jugadas de auténtico peligro.

BATALLA ABIERTA Nada más comenzar la segunda mitad el míster visitante relevó a Manu, que había visto la única cartulina amarilla del partido, para dar entrada a Guti en el lateral derecho de la retaguardia.

Cuando más parecía que el Arroyo había conseguido adormecer del todo el partido llegó la primera jugada clave de la noche. Manu Palancar envió un balón largo, Copi ganó la espalda a la defensa, se fue en velocidad, se plantó ante Juanma y cruzó milimétricamente a la esquina. Un golazo.

Nada más verse por detrás en el tanteador Marrero dio entrada al recién incorporado Juanfran para dar mayor mordiente a su ataque y apenas un minuto después Willy tuvo la opción de equilibrar el tanteador, pero su remate, cuando estaba completamente solo en el área pequeña, dio en el palo.

En los minutos los dos entrenadores movieron ficha con los cambios, entre ellos el que propició la entrada en el conjunto ajedrezado de Ezequiel, que fue ovacionado por el público de su ciudad natal al saltar al terreno de juego.

La Balona invitó al Arroyo a estirarse para tratar de sorprender a la contra. Es decir, los de casa jugaban como más le gusta ante un rival muy mermado en el aspecto ofensivo por culpa de sus bajas.

En ese periodo final siempre estuvo más cerca el segundo gol del equipo de casa, que se fue sintiendo más a gusto a medida que avanzaba el reloj, que el empate del Arroyo.

Alberto Merino a la salida de un córner y por dos veces Chema Mato, que en ambos casos se encontró con la brillante réplica de Juanma, pudieron dejar el encuentro visto para sentencia, aunque la realidad es que la parroquia apenas sufrió, ya que el Arroyo a esas alturas se había quedado sin gasolina y fue incapaz de enseñar sus garras.