Está de dulce el Arroyo desde que comenzó el 2019. Al menos lejos de su campo, donde ha sumado en los tres partidos disputados. Y eso que los rivales eran de los duros. A UP Plasencia y Cacereño les arrancó un punto (1-1 y 0-0, respectivamente), mientras que contra el Coria, hace cinco días, se los quedó todos (0-1). El ‘pero’ es que lo que ha conseguido lejos de Municipal, se le ha escapado en casa: derrota con el Azuaga y empate con el Montijo que explican por qué el conjunto arroyano está con solo cuatro puntos de margen sobre el descenso.

Este domingo el Arroyo pone fin a su particular Tourmalet. Recibe al nuevo líder, al Mérida (17.00 horas), sin duda uno de los equipos más en forma en este momento. Y lo hace «sin nada que perder, pero con mucho que ganar», matiza su entrenador, Miguel Ángel Ávila. «Este partido nos llega en el mejor momento, en nuestra mejor fase psicológica, y vamos a ser atrevidos, valientes; vamos a tratar de hacerle un partido incómodo al Mérida para ver si somos capaces de rascar algo positivo».

No podrá alinear el domingo Avila a Juanjo Polo. El central cacereño sigue sin recuperarse de la pubalgia que le tiene fuera de los terrenos de juego. Y también se quedará en la grada Javi Martín, refuerzo invernal del Arroyo y autor del gol el pasado domingo al Coria. En su caso es baja por la conocida como ‘cláusula del miedo’. El delantero llegó a Arroyo de la Luz hace un mes procedente del conjunto romano, que puso como condición que no podría jugar el partido de este domingo.

«Tenemos que sumar más puntos en casa», reconoce Ávila, que sabe que solo tres partidos ganados en su campo en lo que va de temporada (más tres empates y seis derrotas) es un bagaje muy escaso. Pero es que esta liga está muy igualada, «y cualquiera puede ganar a cualquiera», como ha demostrado el propio Arroyo en el último mes. «La liga está en un punto que no he conocido nunca, ni cuando era jugador. Creo que tanta igualdad -del octavo al decimonoveno no puede despistarse nadie- le viene bien, es bonito».

Tras la visita del Mérida el calendario se suaviza para el Arroyo. Al menos en teoría. «Es todo muy engañoso, a estas alturas ya no habrá ningún partido fácil», cuenta el técnico cacereño, que cree clave estar preparado para cuando venga una dinámica «no tan buena», que llegará. Así es el fútbol de los humildes.