ARROYO: Savu, Carlos, Felipe, Asiel, Santi Polo, Oca, Armero (Pina, m. 83), Pablo Ganet, Carlitos, Fernando Pino (Loaísa, min. 93) y Aday (Casado, m. 83).

JEREZ: Alex, Regino, Carlos, Emilo Pinto, Diego, Oli, Miguel (min. 75, Aguinaco), Marabé (min. 87, Pablo), Chema, Pedro y Bolaños.

GOL: 1-0-Min. 52: Pino.

ARBITRO: Carretero González. Tarjetas amarillas a los locales Pablo Ganet, Aday y Savu.

INCIDENCIAS: Se guardó un minuto de silencio por la muerte, la pasada semana, de Manuel Floriano, uno de los fundadores y expresidente del Arroyo.

Con méritos, con coraje, con el fútbol más práctico posible y teniendo al viento como enemigo, el Arroyo venció al Jerez (1-0) para provocar una doble consecuencia: el cambio de líder en favor del Extremadura y el reforzamiento en la tercera plaza de los cacereños para creencia de que aún podrían pelear por el campeonato. ¿Por qué no?

El Arroyo demostró que tiene un buen grupo, una escuadra comparable incluso a la del Extremadura. Jugador por jugador. Línea por línea. Individualmente, disponer de Carlitos, Fernando Pino, Armero, Santi Polo, Ganet, Asiel o Aday no es una cuestión menor para un equipo de Tercera. Y todos estos futbolistas y sus compañeros se conjuraron para dar el paso adelante. El Jerez, ese Jerez tan potente, tan experto, tan práctico, tenía las bajas de tres de sus mejores futbolistas: Juanito de la Cruz, Jorge Zafra y Yeyo. Y lo notó en exceso.

Pero lo que realmente influyó fue el viento. Se adaptó el cuadro ajedrezado mucho mejor que su oponente al adversario climatológico, desde luego el peor posible. Con el aire a favor, dominó en el primer tiempo. En el segundo marcó y contemporizó. La fórmula perfecta. La combinación necesaria.

Y tras un primer tiempo con ocasiones de Aday, que cabeceó fuera un centro de Carlitos (min. 11), un paradón de Alex a falta lanzada por Armero (min. 37) y otro rechace del meta visitante a lanzamiento de Pino (44), en la segunda parte llegaría lo más intenso, lo realmente importante.

Con el Jerez timorato y con un seguro de vida en el centro de su zaga con la labor impecable de hombres como Regino y especialmente Emilio Pinto (incombusible, tanto como infranqueable), el Arroyo encontró el premio a su mayor arrojo. El árbitro, desacertadísimo durante todo el partido, hizo algo bueno: aplicar la ley de la ventaja tras una falta a Pablo Ganet. El balón llegó a Pino, que no perdonó (min. 52): el brocense está en vena. Atención a este futbolista.

A renglón seguido, la única oportunidad --eso sí, pintiparada-- para el Jerez, cuando Pedro se plantó delante de Savu, que le adivinó la intención. El meta rumano del Arroyo había salvado a su equipo. No hubiera sido justo. El resto del partido fue una constante pelea de unos y otros por la posesión del balón y del control del fútbol. Ni el campo ni el aire permitieron florituras, por lo que, era evidente, el que marcara lo tendría más fácil. Pero es que el Arroyo se lo curró más.