El Arroyo recibe hoy al Guadalajara (17.00 horas, Municipal) en un duelo complicado por el rival, pero también por las circunstancias. El equipo de Juan Marrero, en progresión descendente, necesita un golpe de efecto. Ganar a uno de los favoritos sería la solución momentánea a los males clasificatorios y anímicos de los ajedrezados.

Con la concatenación de resultados negativos fuera, que se eleva a ocho derrotas en otros tantos encuentros, el Arroyo se apresta a volver a la senda positiva en casa, donde su credibilidad ha bajado. La última derrota como locales (0-2 ante La Hoya) hizo mucho daño, especialmente la manera de producirse, con un penalti fallado antes del 0-1.

Pero Marrero sigue confiando en los suyos y cada vez que puede exalta las virtudes en la actitud de su vestuario, al que continúa defendiendo. El mismo también sigue gozando de la estima del presidente, Juan Bermejo, quien en la asamblea ordinaria del viernes volvió a ratificar que cree que en su trabajo. "Tengo confianza en Marrero. Hay que tener paciencia porque los resultados llegarán", dijo.

Con todas estas premisas, el duelo de esta tarde es clave. Hay bajas (Iban Espadas, Adan Hagan y Chori Pérez como habituales más la de Willy por acumulación de tarjetas). Salvo sorpresa, podrá estar Abel Buades, lesionado el domingo en Albacete.

Mientras tanto, Carlos Pérez Salvachúa, entrenador del Guadalajara --sexto clasificado, pese a ser uno de los favoritos--, ha advertido a sus futbolistas de la dificultad del choque, especialmente por el campo de césped artificial. El defensa David Garrido, ex del Arroyo, también ha dicho que será complicado ganar porque tendrán que dar "el máximo".