La experiencia es un grado. Y el Arroyo es un buen ejemplo de ello. Hace un año, cuando el equipo marchaba en una situación muy similar a la actual (peor incluso, pues tenía 5 puntos, uno menos que ahora), la euforia parecía disparada. A ello había contribuido la buena actuación en Copa, con la eliminación del Cádiz en el Carranza incluida. El Lucena llegó entonces para calmar los ánimos (5-0), pero nada bajó al Arroyo de su nube. Al menos en la primera vuelta.

Ahora todo parece vivirse con más calma. El Arroyo ya no es un rookie en la categoría, los rivales lo conocen y saben de su potencial. Pero si alguien se beneficia de la experiencia es el Arroyo. Ha sabido sobreponerse rápidamente a un varapalo como el sufrido en Granada, donde se dejó escapar un 0-3 a favor. La euforia está contenida. "Solo se han jugado cuatro partidos, la liga es muy larga", piensan en el club. En la memoria, el último tercio del último campeonato, que se atragantó al conjunto ajedrezado y acabó sufriendo hasta la última jornada.

Ahora, sin armar tanto ruido, el equipo quiere ir superando etapas que le acerquen a su objetivo, que vuelve a ser la permanencia. Su primera parada será en el estadio Cartagonova, donde el domingo se mide al Cartagena, un equipo pensado para subir que no ha tenido un buen arranque. Un rival herido que acumula tres jornadas sin ganar. En este duelo el Arroyo buscará sus primeros puntos fuera, imprescindibles para evitar el sufrimiento. Indispensables para aspirar a algo más.