Volver a los orígenes, a la esencia, siempre es positivo, independientemente de los resultados (deportivos) que después se consigan. Es el caso del Extremadura Arroyo, que tras decir adiós hace un año a su periplo por la élite del voleibol español, ha cerrado en cuarta posición su temporada en la Superliga 2. «No puedo decir otra cosa que muy positivo», dice Adolfo Gómez Tate, entrenador del primer equipo y presidente del club, cuando se le pide un balance del curso 2017-2018. Y afirma que es positivo por muchos motivos, pero principalmente «por recuperar, con mucho éxito, creo, la piedra filosofal del proyecto, el trabajo enfocado a la evolución de jugadoras de cantera».

A principios de temporada, en septiembre, Tate ya avisó que podría resultar un tanto complicada, sobre todo por lo relativo al cambio de filosofía, de un grupo casi cien por cien profesional en su septeto base, a uno configurado de nuevo por jugadoras procedentes de la cantera junto a dos o tres de refuerzo.

En este sentido, Gómez señala que a pesar de comenzar la campaña con una victoria en la cancha del Universitario de Valladolid (2-3), «necesitamos de varias jornadas para ir conjuntando al grupo, y es que casi sin darnos cuenta, podía llegar a tener hasta tres jugadoras juveniles sin experiencia en competiciones de esta enjundia contando con muchos minutos de juego, e incluso en el septeto inicial».

«Lo más complicado -prosigue el presidente-entrenador-, no fue que esas jugadoras mejoraran su nivel técnico o táctico, sino que asumieran que a partir de ese momento jugaban en una categoría con un nivel de concentración y atención mucho más alto al de la categoría juvenil, tanto en el trabajo durante la semana, como en los partidos».

A este respecto, reconoce que «poco a poco, ese cambio, más mental que otra cosa, se fue concretando, y así Ana Lucas [central] y Laura Pallero [opuesta], pasaron a ser jugadoras con las mismas posibilidades de saltar a la cancha que cualquier otra, y un grado por debajo, lo mismo ocurrió con María Guadalupe [receptora] y Alba de Lucas [colocadora]».

Acabada la temporada, la escuadra de Arroyo de la Luz continúa su trabajo con diferentes iniciativas relacionadas al voleibol. Del mismo modo, Adolfo Gómez y su junta directiva mantienen reuniones semanales para seguir preparando el futuro de este club cacereño, en las que deben adoptarse decisiones importantes que atañen tanto al equipo de Superliga 2, como a los que conforman la rica y variada cantera.