LINENSE: Pagola; Fajardo, Olmo, Guerra, Javi Gallardo; Juampe Rico, Ismael Chico, Ezequiel (Ocaña, m. 46), Bello; Rubén Cuesta (Copi, m. 46) y David Hernández (Rafa Villén, m. 84).

ARROYO: Alvaro, José Gutiérrez, Carlos, Sergio Castaño, Nauzet (Juanma Morán, min. 76), Lolo, Ruano (Boro, min. 60), Felipe, Alfaro (Toni, min. 82) y Carlitos e Iban Espadas.

GOLES: 1-0 (m. 7): David Hernández. 1-1 (min. 11): Ruano (de penalti). 2-1 (min. 64): David Hernández.

ARBITRO: Cruz Quintero (Tenerife). Amonestó a los locales Olmo e Ismael Chico; y a los visitantes Ruano y Carlos.

El Arroyo, que viajó a La Línea con los puesto por culpa de las bajas y en el mismo día, continúa en caída libre después de enlazar ayer en el el Municipal su quinta jornada consecutiva sin vencer (2-1), lo cual ya da síntomas de extrema preocupación para el cuadro de Juan Marrero.

Los extremeños, que ya sólo tienen una ventaja de dos puntos sobre los puestos de promoción, lo dieron todo, pero una vez más su trabajo no dio resultados. Se repusieron muy pronto del gol tempranero de la Balompédica Linense, que ahora ocupa la cuarta posición de la tabla, pero en el resto de la primera mitad fueron incapaces de aprovechar el desbarajuste local, malogrando incluso dos claras ocasiones de marcar.

Tras el descanso el equipo de casa tomó el mando, hizo el 2-1 y los arroyanos, posiblemente ya sin fuerzas, evidenciaron una nula capacidad de reacción, sin crear siquiera sobresalto en la portería de Mikel Pagola.

Los del Campo de Gibraltar salieron decididos a hacer sus deberes para aspirar a los puestos de privilegio y en los diez primeros minutos arrinconaron al conjunto ajedrezado. Pronto abrieron las hostilidades los balonos. Apenas se había jugado un minuto de partido cuando Alvaro tuvo que resolver en un mano a mano con Rubén Cuesta. El portero de los extremeños le ganó bien la partida al atacante blanquinegro.

Apenas seis minutos más tarde volvieron a la carga los entrenados por Rafael Escobar. El ariete David Hernández, muy activo durante el primer tiempo, le ganaba la partida a su defensor en una falta lateral y peinaba al fondo de las mallas el primer tanto de la contienda (1-0).

El gol dio tranquilidad a los locales, que parecían tener el partido bajo control ante un Arroyo que apenas había superado la divisoria de ambos campos. Sin embargo, en el minuto diez, Olmo cometió un penalti tan inocente como evidente al sujetar a Ruano, que en ningún caso hubiese podido llegar al esférico. El colegiado señaló el punto de los once metros y el propio Ruano se encargó de batir a Mikel Pagola, restableciendo así el empate en el marcador (1-1).

A partir de ese momento el Arroyo se quitó el miedo escénico y demostró más chispa, más implicación que una Balona descabezada y fue dueño y señor del terreno de juego. Pudo cambiar el sino del partido antes de la media hora de juego.

GRANDES OCASIONES En el minuto 25 Iban Espadas pudo hacer el 1-2 para los de Juan Marrero. El veterano atacante de los ajedrezados se encontró solo en el borde del área pequeña y, con el balón botando, fusiló al meta local. La espléndida respuesta de Pagola evitó el 1-2 de los de Arroyo de la Luz.

Al filo del descanso Carlitos ganó en carrera al internacional venezolano Fajardo y se plantó en ventaja en la zona de máximo riesgo, pero se emborrachó de balón y cruzó en exceso su lanzamiento final.

El Arroyo había dejado pasar su oportunidad y el entrenador de casa, Rafa Escobar, atinó con los cambios en el descanso. La entrada de Ocaña y Copi cambió el panorama y muy pronto, en un monumental error defensivo, David Hernández haría el 2-1.

SIN REACCION Los visitantes, que sorprendentemente prescindieron de Ruano, no demostraron capacidad de reacción alguna y se limitaron a esperar agazapados en su área un tiro de gracia que no llegó por auténtica fortuna para ellos, ya que, por ejemplo, Copi estrelló un cabezazo en los dos postes (minuto 71) y David Hernández acarició el hat-trick en un remate que se marchó fuera por muy poco.

Continúa la cuesta abajo de los arroyanos que se acercan peligrosamente a la zona de descenso de categoría tras encadenar cinco jornadas sin ganar, sumando dos puntos de quince posibles. De todas formas, hay tiempo para enmendar la plana. Lo peor es que ahora costará un poco más, olvidados de momento los momentos de bonanza en resultados.

En los dos próximos encuentros que hay por delante, ambos ante rivales directos, continuará la lucha extenuante para los extremeños, que esperan concretar sus grandes momentos en los partidos de mejor manera que lo están haciendo últimamente. Hay tiempo... y equipo.