Hoy es un buen día para que el aficionado emeritense desempolve tanto su hemeroteca como su videoteca particular. No en vano hoy se celebra el décimo aniversario del histórico triunfo del Mérida en Eibar, que catapultó a Extremadura a la máxima categoría del fútbol nacional y permitió marcar el camino para que un año después siguiera sus pasos el Extremadura de Almendralejo.

Tal día como hoy, hace diez años, el Mérida ganaba 0-1 en Ipurúa con gol en el minuto 50 del navarro Crescencio Cuéllar, que, desde unos 25 metros, limpiaba las telarañas de la escuadra izquierda del marco defendido por Garmendia. Un gol que sigue presente en el recuerdo de los aficionados extremeños.

El Mérida ascendía a Primera, a lo grande, tres jornadas antes del final. Después, el equipo romano tuvo tiempo de ganar 2-0 al Bilbao Athletic, golear 1-4 al Extremadura para proclamarse campeón de la división de plata e imponerse 3-2 al Lleida después de que el capitán, Pepe Salguero, recibiera la copa de campeón de Segunda de manos del presidente de la RFEF, Angel María Villar, en un Municipal cuyo fondo sur ya había sido demolido como primer paso para el inicio de las obras de ampliación del mismo.

Los cimientos

Antes de llegar a este feliz epílogo, el principal artífice de la gesta, el presidente Pepe Fouto, se encargó de ejercer como arquitecto. Para ello, comenzó por forjar unos sólidos cimientos. El patrón de la obra iba a ser un técnico por el que llevaba tiempo suspirando: Sergio Kresic.

El entrenador croata apostó por fichar a una mayoría de jugadores veteranos, que rindieron a un gran nivel como Luis Sierra, Urbano, Momparlet, Correa, Edu, Roberto Martínez y Juric y otros más jóvenes que aportaron la necesaria dosis de ilusión como Yubero, Tejero, Cuéllar o el repescado Prieto.

Estas once caras nuevas formaron un cóctel perfecto con los diez que continuaban desde la temporada anterior entre los que había veteranos (Leal, José María, Reyes, Salguero, Mosquera y Toribio) y algunos jóvenes (Tete, Quini, Loren y Cuc).

Tras ganar 2-1 al Barcelona B y 0-2 al Marbella, el Mérida se colocó como líder en la segunda jornada. El hecho parecía una anécdota, pero fue una premonición. Y es que los de Kresic no bajaron del quinto puesto en toda la temporada.

Campeón de invierno

Con la apertura del mercado de invierno, Tejero decidió irse cedido al Almería. A cambio, llegaron tres refuerzos notables como Galyamin, Monreal y, sobre todo, Miguel Angel Benítez.

El Mérida llegó a la última jornada de la primera vuelta tercero, aunque igualado a puntos con los dos primeros clasificados, Rayo Vallecano y Lleida. Fue en el feudo del Lleida, precisamente, donde el conjunto romano dio el golpe de efecto definitivo al ganar 0-1 con gol de Reyes (22´) y proclamarse honorífico campeón de invierno .

El acierto goleador de Roberto Martínez en los albores del campeonato (7 tantos en las 9 primeras jornadas) encontró el oportuno relevo durante la segunda vuelta en dos hombres clave: Juanma Prieto y el Chiqui Benítez (10 goles cada uno).

Antes de alcanzar la gloria, la afición romana se llevó algún mazazo como la derrota ante el Rayo Vallecano en la jornada 24 (2-0), pese a que más de 2.000 hinchas emeritenses, desplazados en decenas de autocares, se congregaron en las gradas del Nuevo Estadio de Vallecas.

Aparte de ascender y proclamarse campeón de Segunda, el Mérida terminó la temporada con sólo 19 tantos encajados, una cifra récord hasta entonces en toda la historia de la categoría sólo igualada por el Castellón en la campaña 71-72. La solidez del sistema defensivo implantado por Sergio Kresic, sin duda, fue una de las claves del ascenso del Mérida a Primera.

Alineación histórica

El choque de Ipurúa, que pudo ser seguido en Extremadura en directo a través del circuito regional de Televisión Española, dejó para los anales de la historia una alineación que forma parte de la leyenda del mejor fútbol extremeño: Leal; Loren, Luis Sierra, Momparlet; Mosquera, Correa, Urbano, José María; Reyes; Cuéllar y Prieto (Juric, 81´). Yubero, Salguero, Edu y el letal Benítez debieron contentarse con presenciar la cita decisiva desde el banquillo.

Los quinceañeros que puedan leer hoy este reportaje apenas darán crédito a estas líneas. Suerte que las videotecas de sus padres o cualquier hemeroteca particular o pública les ayudarán a salir de dudas. Aunque ya forme parte de la leyenda, sí, el fútbol extremeño también fue de Primera División.

Este reportaje continúa en Un ascenso a Primera de leyenda (II)