Otra vez ha vuelto a hacerlo, por mucho que se niegue a dar detalles de la operación a los medios de la ciudad que le vio nacer y crecer. "Esto es muy delicado, tío, no puedo contar nada. No me beneficia". La voz de Vicente Tito Montes al otro lado del teléfono suena rotunda, pero al mismo tiempo denota esa satisfacción de saberse importante en una gestión que ha llenado páginas y páginas de periódico y horas y horas de radio y televisión en los últimos días. Montes, un abogado cacereño que ya tuvo un papel decisivo en el fichaje de Luis Figo por el Madrid, ha intervenido en el desembarco de Carlos Queiroz en el club blanco.

Es, seguramente, uno de los especialistas más prestigiosos de España en derecho deportivo. Gestó la conversión en sociedades anónimas de los grandes clubs extremeños, a quienes aconsejó en la sombra. La vida le cambió en el verano del 2001, cuando intermedió en la fuga de Figo del Barcelona. Su imagen en la puerta de la Liga de Fútbol Profesional entregando el cheque de 10.000 millones de pesetas dio la vuelta al mundo.

Los dos últimos años ha trabajado para el Atlético, del que acaba de salir. Sus excelentes relaciones con José Veiga, agente de Figo y de Queiroz, le han llevado a asesorar directamente en el contrato firmado ayer entre el técnico y su nuevo club. No será su última gestión de campanillas .