Encuadradas en el mismo grupo que España, Turquía y Croacia iniciarán a las 15.00 horas su andadura en la Eurocopa de Francia con el recuerdo de otros tiempos mejores para ambas selecciones, cuando disfrutaron de éxitos que marcaron barreras históricas que intentarán derribar en un torneo en el que ninguno de los dos es favorito.

Croacia, más potente por la calidad de sus jugadores, mira constantemente de reojo al Mundial de Francia 1998, en el que la generación de Davor Suker, Robert Prosinecki y Zvonimir Boban terminó tercera. Después de aquel torneo, nunca más volvió brillar salvo en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008.

Allí, Croacia, con Luka Modric al frente, alcanzó los cuartos de final y fue eliminada en los penaltis precisamente por Turquía, que fue cuarta en aquella Eurocopa seis años después del tercer puesto en el Mundial de Corea y Japón. Los otomanos, como el cuadro balcánico, sueña con repetir aquellos días gloriosos.

El equipo liderado por Modric ha insistido durante toda la semana que Croacia debe comportarse como un grupo y no como un conjunto de individualidades. Sin duda, el cuadro de Ante Cacic tiene una buena nómina de futbolistas y, aparte de Modric, Ivan Rakitic, Mario Mandzukic o Mateo Kovacic, encabezan un grupo contrastado y con muchas alternativas.

Cacic podrá disponer de todos sus jugadores con excepción del sancionado Duje Cop. El jugador del Málaga tendrá que esperar hasta el siguiente partido para poder debutar, aunque su ausencia no trastoca los planes de su entrenador ya que Mandzukic es sin dudar el dueño absoluto de la delantera.

RESUGIR OTOMANO Enfrente Croacia se verá las caras con una selección que ocho años después de quedar cuarta en el Europeo de Austria-Suiza regresará a una gran competición de nuevo entrenada por Fatih Terim.

El Emperador Terim es el artífice del resurgir de la selección turca, a la que, en su tercera en el banquillo otomano, vuelve a imprimir su sello personal.

Porque, si algo distingue al equipo de Terim es que nunca se rinde. Fue así en 2008, cuando remontaron a Suiza y la República Checa con goles en los últimos minutos y, sobre todo, cuando igualaron en el último minuto de la prórroga ante Croacia, en cuartos, un partido que tenían perdido al encajar un gol dos minutos antes.

En esta fase de clasificación, un golpe franco ante Islandia en los minutos finales le dio un puesto como uno de los mejores terceros en el play off , en el que, contra pronóstico, dejaron en la cuneta a Holanda.

La actual selección turca fía gran parte de sus opciones a las jugadas a balón parado, en el que cuenta con dos grandes especialistas, el barcelonista Arda Turam y el centrocampista del Leverkusen Hakan Calhanoglu.

Turam arrastra las consecuencias de una gris temporada en el Barcelona y no está al cien por cien físicamente, con molestias en una rodilla, mientras que su delantero Burak Yilmaz acaba de recuperarse de una lesión. Terim está utilizando, además, al exvalencianista Mehmet Topal como central, lo que le da una buena salida de balón.

La gran esperanza turca, sin embargo, es el joven Emre Mor, un jugador de 19 años, de origen danés, al que Terim ha convencido para que se una a Turquía para este torneo y que, esta misma semana, fichó por el Borussia Dortmund.

España estará muy pendiente de lo que suceda: tras jugar ante la República Checa, serán sus dos siguientes rivales.