En un nuevo intento por llegar a lo más alto y alcanzar la gloria para cerrar sus cuentas pendientes con el pasado y el presente, el Atlético está preparado para afrontar el desafío del Bayern de Múnich, un equipo con todo el pedigrí del mundo y que amenaza con poner fin al sueño de una afición que espera con ansiedad cerrar la herida de la final de hace dos años en Lisboa y vengar la derrota de aquel Atlético de Luis Aragonés en 1974. "Queremos escribir una nueva historia", afirma Torres.

No hay límites cuando un grupo está convencido y el Atlético lo está. Sus tres acompañantes en las semifinales le doblan el presupuesto y, a excepción del City, se trata de equipos cuajados y con las vitrinas llenas de trofeos en el caso del Madrid (10 Champions) y el Bayern(5). Tampoco las apuestas están del lado de los rojiblancos, pese a haber dejado en la cuneta al actual campeón. Nada de eso le importa a un equipo convencido de haber llegado a su mayoría de edad y que está dispuesto a seguir persiguiendo su sueño de levantar la primera Champions.

“El miércoles, ganar por nuestros mayores”, rezaba una pancarta en el Calderón el pasado sábado el encuentro ante el Málaga. Una prueba de que esta afición no olvida el terrible desenlace de la final de 1974, con aquel gol de Schwarzenbeck a pocos segundos del final de la prórroga. Una circunstancia que a Simeone le provoca una clara reflexión.

"En la vida y en el fútbol no hay revancha, sino nuevas oportunidades", dice el técnico argentino, que espera a un Bayern con mucha dinamita, no en vano es el equipo más goleador de esta Champions, con 28 tantos a favor. Exactamente el doble que el Atlético.

EL EQUIPO MENOS GOLEADO

El de Simeone, por contra, es el conjunto menos goleado, con cinco tantos, cuatro menos que el Bayern. Por ahí es donde comenzará a cimentar sus opciones el conjunto de Simeone dentro del duelo de estilos. El Bayern llega a tener el 70% de la posesión en algunos momentos, algo que celebra un rival acostumbrado a no salirse un ápice de su pizarra y a aprovechar sus opciones a través de robar el balón y buscar de forma directa la portería de Neuer, con la velocidad de Griezmann y Torres y el desdoblamiento de sus dos laterales, Juanfran y Filipe, que deberán estar muy atentos aAlaba y Lahm.

A ese diseño se suma el trabajo que le espera al centro del campo del Atlético, con Saúl,Gabi, Augusto o Carrasco yKoke frente a Xabi Alonso oVidal. Se trata de impedir que Müller, Ribery y Lewandowski reciban el balón con posibilidad de buscar el área de Oblak.

Todo eso está perfectamente estudiado en el laboratorio de Simeone. "En la guerra no ganan los que tienen más soldados, sino los que los utilizan mejor. Me imagino un partido duro con un montón de propuestas ofensivas por parte de nuestro rival", afirmó Simeone.

EL RESPETO DE RUMMENIGGE

El resto de lo que acontezca alrededor de su equipo pertenece a la liturgia de un equipo al que no le falta un ápice de motivación. La encontró también en las palabras de Rummenigge, presidente del Consejo Directivo del Bayern, que vino a decir que el Atlético le aburría. “El fútbol es alegría y espectáculo y eso es algo que este equipo no defiende”, afirmó el exjugador. Ahora, no ha tenido más remedio que dar marcha atrás. “Quien llega a semifinales y elimina al Barcelona es porque tiene calidad y merece nuestros respetos”, dijo Rummenigge.

Menos le cuesta a Guardiola resaltar la marcha de su rival. “Ha conseguido algo que solo lograban los grandes y es una gran regularidad. Lo más difícil en el deporte es tener continuidad y lo ha conseguido. Han dado un gran paso adelante. No sé cómo lo han hecho, pero me gusta todo lo que hace porque lo hace bien”, resaltó el técnico del Bayern, que busca su tercera Champions, la primera con el equipo alemán tras haber perdido dos semifinales ante Barça y Madrid y antes de marcharse la City.

Xabi Alonso tampoco escatimó elogios para el equipo rojiblanco. “Hay facetas en las que el Atlético es el mejor del mundo”, aseguró el mediocentro. Gabi, por su parte, intentaba alejarse de tanto halago y dejaba claro que su equipo “no es igual de favorito que el Bayern”