El estadio Philips de Eindhoven y un PSV muy similar al que doblegó en el decimosexto penalti en los octavos de final de la pasada temporada marcan el reinicio del Atlético de Madrid en su aventura en la Liga de Campeones (20.45 horas), la mayor ambición del equipo, subcampeón en dos de las últimas tres ediciones.

Tres meses y medio después de la final perdida en la tanda de penaltis contra el Madrid; dos años más tarde de la final frente al mismo rival en Lisboa y con un desenlace cruel en la prórroga y 42 años de la derrota en un partido de desempate por el título del torneo contra el Bayern, el Atlético mantiene su persecución del trofeo que le falta en su palmarés, el más grande.

El de hoy es un partido clave. En un grupo en el que también están el Bayern y el Rostov, un comienzo con victoria en Holanda sería un paso adelante importante para el conjunto madrileño, reactivado con una segunda parte imponente, una victoria incontestable y cuatro goles el pasado sábado frente al Celta de Vigo en Balaídos (0-4).

Un impulso reconfortante para el Atlético, que se reencontró con el gol, la principal causa de sus dos empates frente a Alavés y Leganés.