Atlético de Madrid: Abbiati; Antonio López, Pablo, Eller (De Las Cuevas m. 64), Pernía; Luis García, Raúl García, Jurado, Maxi; Forlán y Agüero.

Athletic: Armando: Iraola, Amorebieta, Aitor Ocio, Koikili; Susaeta (Gabilondo m. 90), Javi Martínez, Orbaiz (Ustaritz m. 91), Yeste; Aduriz (Etxeberría m. 75) y Llorente

Goles: 1-0: m. 5, Antonio López. 1-1: m. 37, Susaeta. 1-2: m. 45, Llorente.

Arbitro: Luis Medina Cantalejo (Comité Andaluz). Enseñó tarjeta amarilla a Raúl García (por dos veces por lo que fue expulsado en el minuto 49), Agüero, Antonio López, Pernía, Pablo, Amorebieta, Javi Martínez. También a Javier Aguirre, entrenador del Atlético.

Incidencias: Partido de la vigésimo cuarta jornada disputado en el estadio Vicente Calderón, ante unos 35.000 espectadores.

El Athletic sacó los colores al Atlético de Madrid, al que ganó un duelo pobre, impropio de dos equipos históricos que disputaban su septuagésimo enfrentamiento liguero en Madrid, y que defraudaron, aunque fueron los visitantes los que finalmente se llevaron el valioso botín.

El Athletic llegó con complejo al Vicente Calderón, donde ha ganado una vez en las últimas 17 temporadas, pero no tardó en sacudírselo al comprobar la vulnerabilidad de su enemigo en la retaguardia. De poco valió que Antonio López mandase a la red del veterano Armando un balón que centró al área con otro objetivo cuando tan sólo se habían disputado cinco minutos.

Pero fue un espejismo en medio del desierto, porque el Athletic se había deshecho ya totalmente de sus temores iniciales. Tras un córner a favor del Atlético, Javi Martinez agarró el balón muy cerca de su área y se recorrió unos 60 metros, sin que nadie le saliese al paso, para cedérselo a Susaeta que definió con maestría. El tanto fue un jarro de agua fría para el Atlético, que vio cómo Llorente hacía el segundo para su equipo al rematar en posible fuera de juego un centro de Yeste.

Nada más comenzar la segunda mitad, Raúl García vio la segunda amarilla y enfiló el camino de la ducha. El Atlético se quedaba con diez y con una misión muy complicada por delante, sobre todo si se afronta en medio de la ansiedad y los nervios.

Y el Athletic supo aprovecharse de ello, de la crispación de la grada y del césped y, con el marcador a favor, se desenvolvió con soltura, con firmeza atrás y velocidad y decisión en las contragolpes. Pudo sentenciar Aduriz en otro error colectivo de la defensa atlética y poco después el mismo jugador obligó a Abbiati a una buena intervención, mientras el Atlético se perdió en un querer y no poder siempre.