El Atlético de Madrid se impuso ayer al Benfica, en partido amistoso, tras una sólida actuación, cuya primera parte contó con buenos detalles del portugués Simao Sabrosa y con el buen hacer de la defensa rojiblanca.

El primer choque serio de la pretemporada colchonera arrancó en un escenario espectacular, digno de un partido de Liga de Campeones, antes que de un encuentro amistoso. Las 57.000 gargantas que abarrotaron el estadio de Da Luz en Lisboa para dar la bienvenida al nuevo Benfica de Jorge Jesús no intimidaron a los hombres del técnico Abel Resino, que practicaron un juego bastante discreto, pero eficaz en ataque.

Bien armados en defensa, volcaron el peso del juego en el portugués Simao, la antigua estrella de los aficionados benfiquistas, cuyas internadas por los costados tuvieron efectos devastadores. En una entrada por banda derecha, el internacional luso sirvió para Raúl García, quien desde la media luna del área grande remató pegado al poste e hizo inútil la estirada del portero del Benfica, Quim, que no pudo evitar el gol rojiblanco.

El Atlético tuvo enfrente a un Benfica muy motivado, pero con falta de rodaje. Los argentinos Di María, Saviola y Aimar dejaron buenos detalles, pero el juego del conjunto careció de continuidad. El 4-4-2 de Abel dio equilibrio al conjunto, sobre todo en defensa, que estuvo bien organizada y auxiliada por los apoyos del incansable Paulo Assuncao.

Sin embargo, las transiciones en ataque siguen sin tener un conductor y las distancias entre el ´Kun´ Aguero y la medular llegan a ser abismales. El uruguayo Diego Forlán actuó un poco más retrasado, pero su efecto no es tan devastador como cuando está más cerca del área rival.