Las calles de Barcelona se han teñido de rojo y blanco desde esta mañana con la presencia de una marea de aficionados del Atlético y del Sevilla, que disputan esta noche la final de la Copa del Rey en el estadio del Camp Nou (21.15 horas, TVE-1).

Caminando o desde sus automóviles, 6.000 aficionados de uno y otro equipo lucen banderas y distintivos durante las horas previas al encuentro, que puede suponer la temporada del doblete para el conjunto colchonero, ganador de la Europa League la semana pasada, o la exitosa culminación de una buena campaña para los sevillistas, clasificados para la Liga de Campeones in extremis, en la última jornada de Liga.

La mayor parte de ambas aficiones está ocupando zonas del centro de la ciudad, en La Rambla, las plazas de Sant Jaume y de Cataluña, y otros puntos turísticos, así como en las zonas habilitadas específicamente para ellos en dos puntos de la ciudad, uno para cada afición. De momento, no se han producido incidentes, según informan a Europa Press fuentes del dispositivo conjunto entre la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra.

60 vuelos y 10 trenes

El dispositivo de seguridad tratará de impedir que en el trayecto que realizarán los 35.000 aficionados sevillistas y los 44.000 seguidores colchoneros desde sus ciudades se encuentren en las áreas de servicio o en la estación de Sants, que también quedará dividida.

Las aerolíneas y Renfe han programado 60 vuelos y 10 trenes extraordinarios para trasladar hasta Barcelona a miles de seguidores del Sevilla y del Atlético de Madrid. Según informa AENA, los vuelos especiales, que suman más de 12.000 plazas, empezaron a operar ayer y seguirán haciéndolo hasta mañana, jueves.

Por su parte, el aeropuerto de El Prat calcula, de acuerdo con la programación prevista, que solo hoy pasarán por sus instalaciones unos 7.000 seguidores de ambos equipos. Este aeropuerto ha habilitado la T-2 para los vuelos de Sevilla y la T-1 para los de Madrid, con el objetivo de separar a ambas aficiones.