Hace ya unos cuantos lustros, cuando se hablaba de ciclismo, significaba hacerlo de corredores europeos; concretamente de una zona muy determinada: Francia, Bélgica, España, Italia, Holanda, y poco más. A principios de los 80 llegaron los colombianos y luego Greg Lemond abrió la senda estadounidense. Sucedió mucho antes de que fuera impensable que un ciclista de las Antípodas pudiera aspirar a la victoria en el Tour. Ahora, los corredores anglosajones comienzan a ser mayoría y a ganar en todas partes. En julio, Evans llegó de amarillo a los Campos Elíseos de París, y ayer, en un enclave costero mucho más discreto, en las Playas de Orihuela, un compatriota suyo, Chris Sutton, sorprendió a las estrellas del esprint para triunfar en la segunda etapa de la Vuelta.

En la ronda española, o en julio en la francesa, cuando el guión de la etapa marca llegada masiva es el conjunto HTC el que toma el mando para abrir el camino hacia la victoria de Mark Cavendish. Son gregarios procedentes de un mundo variopinto del pedal. En la Vuelta, el HTC cuenta con corredores de Suiza, Gran Bretaña, Australia, Alemania, Bielorrusia y Eslovaquia). Algunos de ellos formaron parte de la llamada Banda del Twitter, cuando hace tres años Lance Armstrong introdujo esta red social en el pelotón como vínculo de comunicación, sobre todo entre los corredores de tendencia anglosajona.

CON PREPARACION Ellos se han apoderado de las etapas llanas. Cuando un repecho frena a Cavendish, como ayer en Orihuela, enseguida surge un corredor nacido lejos del continente europeo, para sorprender y anotarse la victoria. Y más aún en la Vuelta que acostumbra a ser el escenario de presentación internacional para muchos esprínters, como ha sido el caso ahora del australiano Sutton, con triunfos en pruebas secundarias.

Evans, como los Schleck, o sobre todo Cancellara, muy activo ayer en los últimos kilómetros, son corredores capaces de hablar varios idiomas, que se mueven con habilidad tanto en la carretera como ante los micrófonos. Son los representantes de la generación actual de ciclistas, alejados de aquellos esforzados de la ruta (bautizados por la radio española de los 80 como 'jornaleros de la gloria') que solo sabían andar en bici. Y poco más.

Ahora se aprovechan de los últimos avances en tecnología y en modelos de preparación para intentar ser estrellas del pedal. Tal vez no tienen la creatividad de Purito Rodríguez o Igor Antón en la montaña, pero se convierten en los primeros de la clase para animar etapas de trazado llano como la de ayer, que recorrió buena parte de la provincia alicantina. Fue la típica jornada que permitió una fuga consentida, capturada cuando al conjunto de Mark Cavendish le dio la gana, y que se animó al final con un atípico repecho, a 300 metros de la meta, que atrapó a las principales figuras del pelotón y permitió comprobar el duelo, a 52 kilómetros por hora, entre el australiano Sutton y el mallorquín Vicens Reynès, que este año corre en el conjunto belga del Omega. Daniele Bennati (Leopard) se vistió de líder mientras que todos esperan el inicio de la montaña.