Será un partido muy recordado por ambas partes, para bien y para mal, pero a nadie ha dejado indiferente la derrota del Cacereño en Sierra de Fuentes o la victoria del Amanecer, según del lado que se mire.

El del domingo fue un derbi esperado y que respondió a las expectativas, aunque el resultado sólo podría sonreir a uno de los dos equipos salvo que hubiera terminado en empate.

Pasadas las tres y cuarto de la tarde llegaba el autobús galáctico del Cacereño y los aficionados ya hacían comentarios: "Ahí vienen los ricachones. A ver cómo se van".

Durante el partido muchos fueron cambiando de acera y tomaron simpatía por el equipo de Sierra de Fuentes, que parecía poner más ardor en la pelea, aunque una veintena de aficionados verdes son ya clásicos en el Municipal San Isidro. Los que fueron por primera vez salieron avergonzados e incluso cargaron contra su propio equipo.

El bingo

Pero si hay algo que llama la atención del que acude por primera vez a ver al Amanecer es el bingo. Llegado el descanso, todo el mundo se aproxima a la zona del bar cartón en mano y se prepara para escuchar con atención a Felipe, el speaker oficial del club, que va sacando las cartas de la baraja española hasta completar línea y bingo.

Tomás Pérez, que el domingo jugaba prácticamente en casa, se amoldó en una oficina de última generación a pie de campo con camilla incluida y desde allí retransmitió una nueva derrota del equipo de su alma, aunque seguro que el Amanecer también le tira.

Tras el 1-0 final, los corrillos y las conclusiones: "mala planificación del entrenador, que se ha traído a los que ha querido, pero yo creo que ni él los entiende. Son una banda con autobús y sin presidente", sentenciaba Daniel.