Enfado, resignación, y ganas de ver fútbol, buen fútbol. Pero sobre todo, el deseo de los aficionados verdes que se desplazaron hasta Miajadas era animar a su Cacereño. 70 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para seguir dando ánimo a sus jugadores, que arañaron un punto para estar un poquito más cerca del sueño del play off .

El exilio del Cacereño dejó a muchos atrás. Si apenas 600 personas vieron el partido en el Municipal de Miajadas (la media en el Príncipe Felipe es de unos 1.500), solo la mitad eran seguidores del club verde. El resto eran aficionados tomateros curiosos por ver un duelo entre dos equipos de Segunda B.

Pero los que fueron se hicieron notar. Llenaron de colorido la grada y con sus cánticos llevaron la sonrisa a las caras de los miajadeños. Y en su repertorio no faltaron las referencias a Badajoz. Todo un clásico. "El próximo en Badajoz", decían, mitad en broma, mitad en serio. El autoexilio no ha gustado a muchos. Y eso que la mayoría de los que ayer estaban en Miajadas están acostumbrados a hacer kilómetros durante muchos años detrás del autobús del Cacereño.

Un sector de la grada verde se está sintiendo utilizado. Esa sensación se desprendía de la pancarta que se colocó antes del inicio del partido. "No somos rehenes. Stop chantaje. Ultras CPC". Eso era lo que se podía leer.

El mensaje era para el pequeño palco del Municipal, donde la dupla Martínez Buzo-Martínez Doblas estaba acompañada por el presidente del Miajadas, Gregorio Tena, y el diputado de Deportes y alcalde de Valdefuentes, Alvaro Arias, entre otros.

"A mí me da igual que jueguen aquí o en otro sitio, porque yo puedo desplazarme", contó un aficionado que viajó a Miajadas en el único autobús que al final hizo el trayecto. "Pero hay mucha gente mayor, que van cada 15 días al Príncipe Felipe, que no pueden desplazarse", añadió.

Entre el público había algunos espías . Así, el técnico Pedro Sánchez de la Nieta y el punta Paulino, ambos del Villanovense, analizaron al Cacereño, al que deberán enfrentarse el 24 de febrero. Por la tarde, Cobos devolvió la visita pensando también en ese duelo cuyo escenario (el Cacereño hará de local) es aún toda una incógnita. El Príncipe Felipe espera.