La victoria del Diocesano en Navalmoral fue, al menos en lo númerico (tres puntos), solo una más, pero anímicamente supone un gran impulso para un equipo que cerró el 2017 con tres derrotas seguidas sin llegar a ser peor que sus rivales en ninguno de los partidos. «Ayer [por el domingo] fue un día gratificante por los jugadores», apunta Miguel Ángel Ávila, entrenador del ‘Dioce’.

El conjunto colegial ha aprovechado el parón navideño para recuperar sensaciones. «No hemos llegado a parar, hemos ido trabajando en días alternos», contó ayer Ávila, que aseguró que «enorgullece» ver a sus jugadores competir de la forma en que lo hicieron ante el Moralo. «Con este nivel de intensidad podemos competir con cualquiera», cuenta el preparador que le dijo a los futbolistas antes del choque. «El Moralo nunca estuvo a gusto, les sorprendimos», analiza.

El calendario se endurece ahora para un debutante en la categoría que en 20 jornadas ya ha sumado 25 puntos, casi la mitad (12) como visitante. «No hay que bajar el pistón», advierte Ávila, «lo del domingo está muy bien, pero al final son solo tres puntos más», dice cauto. Este domingo visita los campos Manuel Sánchez Delgado el Jerez (16.30 horas) y la próxima semana, visita al Azuaga. «Después nos toca el Santa Amalia y la UP Plasencia», ambos en casa, recuerda el técnico.