Primero, en su estreno allá por 1991, fue lo de "hay que consolidar la categoría". Y el equipo acabó llorando por un gol en Elche y tocando con las yemas de los dedos un ascenso impensable. Luego vino el discurso copero que Alfonso Alvarez disipó en el duelo ante el Oviedo, el salto a Segunda A supuestamente fuera de guión..., y acabó la afición azulgrana en Primera con lo de "sólo hay que disfrutar".

Ortuondo, justo antes de una gran gesta, acuña una frase quitapresión y la repite una y otra vez hasta aburrir. Luego, cumplido el sueño, se justifica con una sonrisa cómplice. Quien avisa no es traidor, la va a montar otra vez.

*Periodista.