El día después de que se hiciera efectivo el descenso de categoría del Badajoz muchos de los fieles del club verdinegro se temen lo peor: que la entidad desaparezca como sociedad anónima deportiva por la falta de expectativas no sólo deportivas, sino sobre todo económicas. Tras once años en la división de plata del fútbol español, las incógnitas se multiplican en el histórico club, cuyo máximo objetivo será salir, al menos, en Segunda B la próxima temporada.

El Badajoz ha de solucionar sus ya viejos problemas de deudas y de impago a jugadores si no quiere verse abocado a descender a Tercera División, en principio. Y las perspectivas se presentan escasamente alentadoras: con una masa de socios que no ha superado el millar de personas este año, el descenso augura que el apoyo desde la grada será mínimo.

TELEVISION, NO

Además, los ingresos serán sensiblemente menores desde otros puntos de vista. Dejar la Segunda División equivale a dejar de cobrar alrededor de 60.000 euros (100 millones de pesetas) por derechos de televisión, lo que se traduce en un cuarto del presupuesto total de la sociedad.

A ello se une el hecho de que el presidente, Antonio Barradas, haya sido señalado como el máximo culpable de la situación actual, en la que el desánimo es el denominador común en las estructuras del club.

La coyuntura presenta ciertas similitudes con la del Cáceres CB, actualmente en proceso de disolución tras su descenso deportivo. La sociedad anónima deportiva desaparece tras fracasar la ampliación de capital y se reconvierte en un club al uso, como fue hace once años, cuando ascendió a la Liga ACB. Algo similar puede ocurrir con el Badajoz, con el agravante de que, si no hay una solución más o menos rápida, el club podría dar con sus huesos en la Tercera División. Además, se da la circunstancia de que el Badajoz B, actualmente inmerso en una liguilla de ascenso a Segunda B, no podrá subir de ningún modo, aunque ya de por sí las opciones son escasas, después de sufrir dos derrotas consecutivas.

El Badajoz vive sus peores momentos en mucho tiempo. El técnico, Paco Miranda, ya ha dicho que no piensa marcharse de momento, ya que quiere acabar con dignidad.