El Racing de Ferrol sigue cayendo en picado rumbo a la Segunda B tras su derrota en Terrassa y pese a ensayar durante los días previos todas las terapias posibles para tratar de levantar cabeza. Es el próximo rival del Badajoz, que por el contrario tomó moral tras ganar al Tenerife.

Ni el delantero guatemalteco Dwight Pezzarossi, el tanque en el que estaban puestas todas las esperanzas goleadoras del equipo, ni el debut del francés Mickael Marsiglia traído a última hora para reforzar el equipo, ni todas las ilusiones del mundo que reúne el colectivo fue suficiente para la necesaria reacción después de dieciséis jornadas sin ganar un partido.

Ahora son ya diecisiete y el Racing sigue sumido en el último puesto de la clasificación, a siete puntos para salvar el descenso, un objetivo muy difícil aunque no imposible por aquello de que cada victoria vale tres puntos y en pocas jornadas podría remontar vuelo.