Primeros puntos que vuelan del Municipal placentino esta temporada y se los llevó un Badajoz (0-2) que sin realizar siquiera un mediano partido, se encontró con la fortuna de anotar dos tantos en prácticamente sus dos intentos.

Si en el fútbol existiera justicia, esta hubiera dictaminado sin dudarlo que ambos equipos sumaran un punto, pero como en este deporte lo que manda y lo que suma es que la pelotita traspase la línea de gol, en eso el Badajoz acertó, primero con un certezo cabezazo de Gabri Ortega y luego con un autogol de Álvaro Juanals cuando los locales trabajaban para conseguir el empate.

De la primera parte, poco o nada cabría reseñar, juego nada vistoso para el espectador, pero lleno de tacticismo. En lo que pareció un tablero de ajedrez tanto José Diego Pastelero como Agustín Izquierdo movieron sus piezas tratando de ahogar al adversario. Sorprendió por parte local la presencia de Borrallo por delante de la pareja de centrales, lo que enmarañó el ataque pacense, pero a la vez evitaba la elaboración local. Decepcionó Jaume Vidal, al que su técnico premió con la titularidad. Tan solo lo errores de un desconocido Marco, se notó en demasía su falta de partidos, puso en aprietos a Manolo.

El Plasencia se pudo adelantar nada más arrancar la segunda mitad cuando José Mari cede a Dieguito y este con su izquierda golpea un balón que llevaba marchamo de gol, pero se fue por encima del marco por muy poco. Respondió Pozo en el 49 con un remate de cabeza que obligó a Manolo a meter la manopla para enviar a córner. Joselu reemplazó a Jaume Vidal y Sergio Sánchez a Borrallo y aquello comenzó a parecerse a un partido de verdad al reestructurarse de nuevo las líneas. El 0-1 llegó tras un saque de esquina que bota Joaqui Flores y es Gabri quién adelantándose a la defensa pone en franquicia a los suyos.

Este tanto obligó al Plasencia a estirarse y lo hizo, y además bien, con velocidad, obligando a trabajar al meta Isi Jareño, ya que los centros laterales llevaron mucho peligro y se esmeró en tratar de despejarlos. Y suele ocurrir que en estas, cuando pones todo tu empeño en empatar, te acaban marcando y así fue. Un contragolpe acaba con el balón en los pies de Joaqui Flores, que centra al área, Manolo despeja con su mano y el rebote tropieza en el pie de Juanals, que introduce el balón en su portería, era el minuto 85. Tres puntos que suma el Badajoz, que además se aprovecha del pinchazo del Cacereño y una derrota inmerecida de un Plasencia que mereció más.