"Si me dan a elegir morir en algún sitio, a mí me gustaría que fuera en una cancha de baloncesto". No es la primera vez que pronuncia esta frase Teodoro Casado (Cáceres, 14 de julio del 36), ni tampoco será la última. El exconcejal, maestro y actual presidente de la Fundación Cáceres CB reconoce que "ha sido un poco sorpresivo" conocer que el club y el ayuntamiento le estén preparando un homenaje en reconocimiento a su entrega a la ciudad en general y al baloncesto en particular.

Será en el fin de semana del 4 al 6 de marzo, con la celebración de distintos actos, entre ellos la entrega de una placa en el partido Cáceres-Gijón, una comida y un concierto.

"Si me lo merezco o no, no lo sé; sólo sé que a mí no me gustan mucho las algaradas porque a mí siempre me ha gustado trabajar en la sombra, pero tengo que reconocer que me hace ilusión". Casado hacía la reflexión horas después de que el alcalde, José María Saponi; el concejal de Deportes, Lázaro García; y el presidente y gerente del Cáceres, Felipe Fernández y Julio Espino, se entrevistasen para perfilar los detalles del homenaje.

"Conocí a mi mujer por el baloncesto; hicimos la famosa peña de La Esquina en el pabellón y mi amor por este deporte es de siempre; me lo ha dado todo", decía Casado, a quien el próximo será su segundo homenaje: hace 21 años, al dejar la federación para dedicarse a la política, le hicieron otro.

Ilusión creciente

Nacido cuatro días antes del inicio de la guerra civil española, este personaje curtido en mil batallas unánimemente respetado en Cáceres reconoce que, desde que va conociendo algún detalle sobre su homenaje a través de los medios de comunicación, espera con mayor ilusión que llegue el día señalado.

El homenajeado seguirá en la brecha "siempre que mis fuerzas me lo permitan; está claro que en primera fila no estaremos porque mi estado físico me lo impide". Trasplantado de corazón desde hace más de dos años, está sometido a un estricto régimen (20 pastillas diarias), pero su tesón está a prueba de cualquier inconveniente: sigue siendo presidente del jurado del Carnaval, otra de sus pasiones. Pero, por encima de ello, está el baloncesto, insiste el protagonista.