La Federación Española de Fútbol quiere poner coto a la exhibición de banderas autonómicas cada vez que una selección, sea de la categoría que sea, incluida la absoluta, se disponga a recoger una copa tras ganar un campeonato. A partir de ahora, según una norma que ha circulado de boca a oreja pero que aún no ha sido escrita, solo podrá exhibirse la bandera española, la constitucional, desde luego, la misma condición de la que gozan el resto de insignias pero que, a criterio de la federación, no es suficiente para ser enarboladas en el palco de autoridades o en el podio, sobre el terreno de juego, a la hora de recoger un trofeo.

JUSTIFICACION Y OLVIDO Esta nueva y curiosa norma ha desatado la polémica más airada desde el momento en que Ginés Meléndez, seleccionador de la selección sub-19, retiró sin muchos miramientos, el pasado lunes, una bandera asturiana al jugador Muñiz, minutos antes de recoger el trofeo que les acreditaba como campeones de Europa.

El técnico, nacido hace 61 años en Los Chospes (Albacete), quiso justificar su sorprendente reacción con Muñiz apelando a la nueva norma. "Es una simple anécdota que es mejor olvidar en un día tan feliz. En la federación hay una norma y hay que respetarla. Yo tenía una comunicación de la casa por la que a partir de ahora, representando a España, no se puede subir con una bandera que no sea la española. Cuando bajen, pueden hacer lo que quieran", dijo a la llegada de la expedición ayer al aeropuerto de Barajas.

El técnico aclaró que se le pasó por alto explicar la norma sobre las banderas a los jugadores: "Se me olvidó, pero no pasó nada. Creo que la gente lo debe entender... Tampoco pasa nada, no he matado a nadie".

EL 'AGUILUCHO', SI La diligencia del entrenador, sin embargo, contrasta con la condescendencia que tuvo con Arizmendi, delantero del Getafe, quien en el 2005, durante la celebración por el triunfo de España en los Juegos Mediterráneos, en Almería, lució sin reparos una bandera franquista sin que nadie, ni Meléndez, entonces seleccionador del equipo, le dijera nada.

El feo gesto de Meléndez ha desatado un alud de críticas en las redes sociales y también en el ámbito político. "Es un detalle que demuestra que los fachas están crecidos", afirmó ayer Jesús Iglesias, coordinador de IU en Asturias, quien considera que arrebatar la bandera asturiana al jugador del Sporting es un ejemplo de "la intolerancia centralista de la derecha más rancia de este país".

SIN EXPLICACIONES Lo curioso del caso, y más tras la polémica suscitada, es que una norma de ese carácter no haya sido comunicada por escrito a los jugadores. De hecho, nadie en la federación supo dar ayer una explicación más convincente que la de Meléndez. "Ya se había dicho a los jugadores en otras ocasiones que para subir a recoger trofeos y medallas se abstuvieran de portar las banderas de sus respectivos territorios, pero en Suráfrica, por ejemplo, no todos hicieron caso", declaró un responsable de prensa de federación. Luis Milla, el seleccionador sub-21, tuvo más éxito en su petición cuando España se proclamó campeona de Europa el pasado 25 de junio y ninguno de los internacionales intentó acceder al palco con banderas. Después, sobre el terreno de juego, alguno, como Rubén Pérez, se adornó con una andaluza.

Jorge Carretero, portavoz de la federación, también tenía muy presente lo sucedido en el palco del Soccer City de Johannesburgo, en la final del Mundial, a la hora de justificar una medida que él tampoco tiene constancia de que se haya formalizado más allá de la simple recomendación verbal. "Lo que se les ha dicho siempre es que el capitán suba con la bandera española, si lo desea, y luego, en el césped, que cada uno haga lo que quiera. Para que la cosa no se convierta en una verbena tiene que ser así. Se va a hacer en todas las selecciones", agregó. La próxima cita puede ser el Mundial sub-20.