El Barcelona se debate en las horas previas al partido de vuelta de la Supercopa ante el Betis entre el necesario discurso de respeto al rival y la euforia generada por el juego exhibido en la ida en Sevilla, donde lograron una contundente victoria (0-3).

El protagonismo de última hora ha recaído en el estado del césped del Camp Nou, que no se ha recuperado a tiempo tras el concierto que U2 ofreció en el feudo barcelonista.

El trasplante de hierba que tuvo lugar para afrontar en las mejores condiciones la vuelta no ha dado los frutos deseados y el equipo se aferra ahora más que nunca al 0-3 del Ruiz de Lopera como garantía para arriesgar lo mínimo sobre una superficie complicada que trae el recuerdo de las numerosas lesiones de gravedad de hace un año.

CRITICO RIJKAARD "El campo no está en las mejores condiciones", dijo ayer Frank Rijkaard, que aceptó en todo caso la imposibilidad de solucionar el problema y prefirió aceptar el inconveniente, consciente de que "el miedo no te va a ayudar", en referencia a las posibles lesiones.

El técnico tendrá además que hacer frente a la escasa preparación de la que ha dispuesto para preparar el encuentro, que se ha reducido a apenas 48 horas debido a la ausencia durante la semana de buena parte de sus internacionales.

Santi Ezquerro permanece de baja por lesión y se perderá el debut del equipo en el Camp Nou. También ha arrastrado molestias físicas durante la semana el lateral Giovanni van Bronckhorst y el centrocampista Deco, aunque ambos han entrado finalmente en la convocatoria.

Por su parte, el Betis afronta el partido con muchos no habituales en la alineación titular. Serra Ferrer da total prioridad a la eliminatoria de la Liga de Campeones ante el Mónaco.