REAL MADRID: Iker Casillas; Sergio Ramos, Raúl Albiol, Garay, Arbeloa; Gago, Xabi Alonso, Marcelo (Guti, m.57); Van der Vaart (Raúl, m.69); Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema, 79).

BARCELONA: Víctor Valdés; Puyol, Pique, Milito (Márquez, m.79), Maxwell (Iniesta, m.63); Keita, Busquets, Xavi; Dani Alves, Pedro y Messi.

GOLES: 0-1, m.32: Messi. 0-2, m.56: Pedro.

ARBITRO: Mejuto González (colegio asturiano). Amonestó a Xabi Alonso, Raúl Albiol, Sergio Ramos y Garay por el Real Madrid, y a Messi, Xavi, Dani Alves y Maxwell por el Barcelona.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la jornada 31 de Primera División.

El Barcelona prolongó su hegemonía con una exhibición de Xavi y Leo Messi, para vencer por primera vez en la historia en dos ocasiones seguidas en el Santiago Bernabéu (0-2), recuperar el liderato y acariciar el título gracias a un modelo de juego ante el fútbol a impulsos que sentencia a Manuel Pellegrini.

El mundo sigue en manos del Barça. Camina firme para repetir la exhibición de títulos. Su temporada adquirió una nueva dimensión en el Bernabéu. Asestando un golpe demoledor sobre su eterno rival, para dejar al borde del precipicio el proyecto multimillonario de Florentino Pérez. Un modelo de juego puede a un conjunto de estrellas.

El Real Madrid ha fallado en los momentos decisivos de la temporada. Tras Alcorcón, en la Copa del Rey, y Lyon, en la Liga de Campeones, volvió a sucumbir frente al Barcelona. Con Kaká en la grada. Un año de lucha en Liga la tiró por tierra en un encuentro que acabó impotente ante la superioridad de su rival.

El partido del año dejaba duelos individuales atractivos en cada demarcación. Por encima de todos el de los mejores jugadores del mundo. Leo Messi contra Cristiano Ronaldo. La magia del argentino contra la ansiedad del portugués. La paciencia por encontrar su momento y encontrar el premio, ante la búsqueda desesperada de méritos para arrebatar protagonismo.

La presión mató al fútbol de inicio. Nació el partido con cambio en el liderato. El empate inicial devolvía al Barcelona al trono liguero. Incómodo sobre el césped, su cara se desfiguró por momentos. Hasta el punto de ver a Xavi Hernández mandar un pase a la grada.

Emuló Pep Guardiola a Johan Cruyff. Inventó algo nuevo en el Santiago Bernabéu. Tras pasar al centro a Messi en el histórico 2-6 de la pasada campaña, en esta ocasión la sorpresa llegó con Dani Alves. El brasileño abandonó el lateral para jugar como tercer atacante, de extremo derecho. Recordando a Roberto Carlos, cuando a un jugador de largo recorrido le quitan la capacidad de sorpresa. Siempre con el aliento de Arbeloa en su nuca.

Convertido el duelo de grandes jugadores en una lucha sin tregua. Sin brillo y mucha pelea.

Un intento de Alves, a balón parado, a las nubes (min.16). Otro de Xabi Alonso desviado (min.22) era el único balance ofensivo de los dos equipos. Las defensas se imponían a los ataques. Las malas lecturas del ataque blanco marcaban el partido. El contragolpe comenzaba a ser su mejor arma. El riesgo era grande. El balón ya era del Barça.

SIEMPRE MESSI Una acción de brillantez derribó el muro de la igualdad. El físico que se imponía en el duelo acabó cuando conectó Messi con Xavi, dibujaron una pared con balón picado a la espalda de la defensa madridista, que mató con el pecho Messi, para batir a Casillas.

El golpe tambaleó al Real Madrid. Comenzaron las dudas en la grada. Y se trasladaron al campo. Higuaín intentó devolver la confianza, tras adueñarse del balón con picardía --al meter el codo en el salto a Piqué--, pero remató a las nubes con la zurda.

Guardiola es un gran técnico y sabe rectificar. El experimento Alves no funcionaba. Debía regresar al lateral, mandar a Puyol al izquierdo. El Barcelona es el equipo que mejor maneja una ventaja en el marcador.

Fue la única forma de comenzar a probar a Valdés. Serio toda la noche. Mostrando nuevamente en una gran cita su candidatura a la selección. Sacó disparos de Marcelo y Cristiano, antes de que Xavi inventase de nuevo. Dibujó un pase a la espalda de Arbeloa, que se alió con la velocidad de Pedro. Un toque. Cruzado. Inalcanzable para Casillas. Todo estaba sentenciado.

Sólo quedaba el orgullo blanco. Gracias a él disimuló su impotencia. Topándose siempre con Valdés. Gago probaba de lejos. Higuaín chutaba cruzado. La entrada de Guti en escena, en su último clásico, dejó un pase mágico. Dejó solo a Van der Vaart ante Valdés. El mano a mano fue del arquero. Moría el duelo con un gol anulado a Raúl González por mano de Benzema. Más cerca el capitán, como Guti, de su último clásico.