La ecuación del Barça de Valverde es muy sencilla: Messi + una excelente estructura defensiva. A la espera de que los otros delanteros, sobre todo Luis Suárez, ayuden a la estrella argentina, el nuevo técnico ha preferido empezar la casa por atrás. Una buena defensa sirve para muchas cosas, sobre todo para aprovechar la inesperada y temprana caída del Madrid en la Liga: ocho puntos de diferencia en apenas dos meses es una renta que ni los más soñadores habrían imaginado.

Con Ter Stegen más seguro que nunca y Umtiti, convertido en un coloso atrás, el Barça tiene suficiente para mandar en casa y en Europa, por mucho que su juego haya perdido glamour y, sobre todo, contundencia ofensiva. El juego del Barça añora a Neymar pero los resultados no le echan en falta. Resulta inevitable echarle de menos, y si no que se lo pregunten especialmente a Suárez y, por supuesto, a Messi.

Hasta se añora a Dembélé, a quien apenas se le ha visto porque jugó poco más de 100 minutos antes de sufrir una grave lesión en Getafe que le tendrá de baja hasta el 2018. Pero la pérdida de alegría ofensiva se ha visto compensada con un mayor rigor defensivo: una ecuación básica para que el cambio de cara que está operando el Barça no haya repercutido en las cuentas. Al menos, de momento.

Más seriedad

Menos risas y más seriedad. Así se resume la lenta transformación del equipo, que marca menos goles pero recibe también muchos menos. De Atenas regresó con el cuarto partido consecutivo sin encajar. Es la segunda racha encadenando ceros tras ceros. Luis Suárez (tan solo lleva tres goles) no es feliz, pero Ter Stegen está ahora encantado de la vida con Valverde. Y viceversa. Solo nueve goles ha recogido de la red el portero azulgrana en 17 partidos, uno (Murcia) jugado por Cillessen. Cinco de esos goles se acumularon en los dos primeros compromisos, aciagos, ante el Madrid en la Supercopa.

Aguardando a Suárez

Desde entonces, ha conseguido cerrar su portería en 11 de esos 17 encuentros, dejando como anécdotas los que anotaron Shibasaki para el Getafe, que obligó al Barça a remontar el marcador (1-2); Sergi Enrich para el Eibar (6-1), Saúl (Atlético) y Nikolaou para salvar el honor del Olympiacos en el Camp Nou.Suárez sumaba el año pasado 11 goles en 17 partidos y en la actual temporada, sin los pases de Neymar y desplazado hacia el costado izquierdo, firma tres.

Messi ha recopilado 16, los mismos que en el anterior ejercicio, pese a que se perdiera tres partidos. El tercer delantero de Luis Enrique, que fueron Neymar o Turan, aportó 11 tantos; entre Deulofeu, Dembélé, Aleix, André Gomes y Sergi Roberto, los extremos que ha empleado Valverde, suman dos. Mientras llegan esos goles perdidos, el Barça se sustenta sobre una poderosa, y fiable, estructura defensiva