Zlatan Ibrahimovic está a un paso de volver por el mismo camino que hace un año le llevó al Camp Nou. Acabará en el mismo escenario: San Siro. Pero cambiará la camiseta del Inter por la del Milan. Entre la ida y la vuelta, el Barça perderá unos cuantos millones tras una operación forzada por la prioridad de la marcha de Eto´o que entraña un gran desengaño. La salida del sueco se da por hecha, pero el objetivo del club es precisamente minimizar el daño económico. Ahora solo está a a la espera de que el Milan haga una oferta en firme, aunque anoche en Italia daban por cerrado el traspaso por 40 millones de euros.

La historia de Ibrahimovic en el Camp Nou se ha cerrado bruscamente. No hay vuelta atrás por más que la operación esté todavía en el aire. Ayer, cada una de las tres partes siguió jugando su papel. El Barça se concentró en valorar al jugador y en no dar la imagen de que le urge resolver la situación. Uno de los mensajes que transmitió fue el de que cualquier decisión que se tome le va bien. Eso sí, descartó la propuesta de una cesión y cifró el traspaso entre 40 y 50 millones de euros, una cantidad que parece inalcanzable para el Milan.