Dentro de dos semanas iniciará los entrenamientos el Barça y, de momento, Pep Guardiola no ha visto aparecer ninguna cara nueva. Ningún fichaje se ha presentado en el Camp Nou, aunque todas las gestiones para incorporar los refuerzos pedidos por el entrenador (un delantero centro, un lateral izquierdo y un central como mínimo) están en marcha. Los nombres se conocen: David Villa (Valencia), Filipe Luis (Deportivo) y Chygrynsky (Shaktor Donetz). Txiki Begiristain dio un plazo a los respectivos clubs para que consideraran las ofertas del Barça, que inicia una semana decisiva para cerrar tres acuerdos o buscar otras alternativas en el mercado.

David Villa disfruta en Asturias de las vacaciones más tensas de su vida. El futuro deportivo del delantero está en manos ajenas. De muchas manos ajenas. Manolo Llorente era el presidente del Valencia hasta ayer, y era con quien negociaba el Barça. El miércoles puede volver a la poltrona de Mestalla Vicente Soriano, su antecesor, que dejó el cargo el mes pasado. El periodo de permanente convulsión que vive el Valencia, con una asfixiante deuda, perjudica el traspaso de Villa en el momento culminante. Soriano no es partidario de vender a Villa pese a la imperiosa necesidad de obtener ingresos para el club. El delantero, que ya ha alcanzado un acuerdo total con el Barça por cinco temporadas, anda inquieto ante el peligro de seguir un año en la zozobra de Mestalla, en un club sin dinero para reforzarse y, por tanto, sin poder aspirar a títulos.

Begiristain emplazó a Villa y al Valencia --al entonces presidente Llorente-- a dar una respuesta esta semana. Una negativa orientará al Barça hacia Madrid. En el Atlético está el otro objetivo azulgrana. Diego Forlán.