BARCELONA: Valdés; Zambrotta, Puyol, Milito, Abidal; Márquez, Xavi, Gudjohnsen (Bojan, m.56); Giovani (Deco, m.69), Henry e Iniesta.

SEVILLA: De Sanctis, Alves, Mosquera, Drago, Adriano; Navas, Poulsen, Renato, Capel (Alfaro, m.81); Luis Fabiano (Kerzhakov, m.69) y Chevantón (Duda, m.74).

ARBITRO: Pérez Burrull (C. Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Giovani (m.45+1), Mosquera (m.54), Márquez (m.81) y a Duda (m.90+2)

INCIDENCIAS: Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el Camp Nou. El Barça se clasificó por el valor doble del gol conseguido por Henry en Sevilla.

Un Barça desconocido, porque por una vez su fútbol fue más práctico que vistoso, se clasificó para los cuartos de final de la Copa tras empatar sin goles ante el Sevilla, un equipo que había resuelto las últimas quince eliminatorias que había disputado últimamente en las diferentes competiciones.

Cambió de registro el equipo de Frank Rijkaard y utilizó un manual que tenía hasta ahora empolvado en la estantería: el del fútbol más táctico que bonito; para sacar adelante una eliminatoria ante un rival de empaque que, salvo en los minutos finales, no tuvo opciones a llevarse la victoria.

Con Samuel Eto´o en la Copa Africa, todavía lesionado Leo Messi y Ronaldinho inédito desde que empezó el año, Henry debía ser el referente, pero no fue así. El Barça creció a partir del enorme partido de su defensa, en especial de su pareja de centrales; y del trabajo de la línea de centrocampistas.

Por una vez, el Barça le regaló la posesión del balón al rival, algo con lo que el equipo de Rijkaard no juega. También, por una vez, los azulgrana pensaron en su alineación en función de la del rival y por eso Henry, el más destacado de los últimos partidos, abandonó la banda izquierda para jugar de nueve.

¿El motivo? Por la izquierda juega Dani Alves y Rijkaard no deseaba que Henry estuviera pendiente del lateral sevillista. Los sevillistas asumieron el papel de equipo dominador, pero apenas tuvieron llegada.

Los catalanes, muy bien pertrechados atrás y en la media, desesperaron al Sevilla, que ejerció un dominio estéril, sin apenas llegada a la meta de Valdés.

EL BARÇA, A LA CONTRA La apuesta del Barça fue buscar la contra. Iniesta fue quien primero lo intentó con un remate que salió fuera por poco (m.4) y a partir de entonces, el albaceteño estuvo mucho más pendiente de las evoluciones de Alves que de crear él mismo.

Los andaluces buscaron la banda izquierda con Navas y la derecha con Diego Capel, quien pudo en numerosas ocasiones con Zambrotta, sin embargo, la pareja de centrales local (Milito y Puyol) estuvo espléndida y se complementaron muy bien con Márquez, el único mediocentro defensivo que tiene Rijkaard.

El Sevilla se enmarañó en la tela azulgrana y no llegó a crear peligro. En la segunda mitad, Rijkaard decidió agitar el partido con la entrada de Bojan Krkic por Gudjohnsen, pero el Barça siguió a lo práctico. Sin riesgos, sin alardes, pero sin conceder opciones al rival. Solo sufrió algo en los minutos finales.