Recuperado el prestigio mundial tras el gran partido disputado contra el Milan en octavos de final de la Liga de Campeones, el Barcelona traslada ahora su magia a París, donde desafía hoy (20.45 horas) el multimillonario proyecto catarí del club de la capital francesa.

Con Tito Vilanova en la expedición, aunque no está claro si también en el banquillo, el conjunto blaugrana afronta el penúltimo escalón antes de las semifinales de la máxima competición europea, su principal objetivo del final de campaña toda vez que la liga doméstica parece asegurada.

A LA ITALIANA Como sucedió en San Siro, el Barça se topará con un equipo forjado a la italiana, a imagen y semejanza de un Carlo Ancelotti que a buen seguro dejará el peso del encuentro en manos de su rival y confiará su suerte al contragolpe. El entrenador transalpino, que ha llevado hasta la final de la Liga de Campeones a todos los equipos que ha clasificado para cuartos, ha sabido dar al PSG su impronta de equipo correoso, bien armado en defensa y con un duro centro del campo y con un Slatan Ibrahimovic eficaz en ataque bien respaldado por el brasileño Lucas Moura y el argentino Ezequiel Lavezzi. Un equipo temible que puede crear problemas a cualquier rival y que vende muy cara la derrota.

El Barça ya le superó esta pretemporada en el Parque de los Príncipes en un amistoso que se dirimió en los penaltis, pero los precedentes de los catalanes en la capital francesa no siempre han sido felices. Cayeron en cuartos de final de la Liga de Campeones de 1995 en lo que se consideró como el primer signo del declive del Barça de Cruyff.

Ahora, el conjunto blaugrana llega convencido de que ha recuperado la buena senda, con un Leo Messi en estado de gracia y con la intención de no dejarse sorprender fuera de su estadio en competición europea por segunda vez consecutiva. El equipo recupera además el calor directo de Tito Vilanova, y el concurso de Xavi, recuperado de una dolencia, al igual que el vigor y la velocidad de Jordi Alba. Sin contar con el regreso de Abidal, recuperado del largo proceso del trasplante de hígado.

La entrada de estos dos jugadores dotará de mayor consistencia al once azulgrana, muy apurado en la línea defensiva. A pesar de la aceptable actuación de los canteranos Barta y Montoya contra el Celta, Vilanova apostará por el cuarteto que más garantías le ofrece: Alves, Piqué, Mascherano y Alba.

En la portería regresará un Valdés, que debido a su sanción de cuatro partidos en la Liga, tiene en los partidos de la Champions y con la selección la oportunidad de no quedarse parado. De hecho, su última actuación, con España en París (0-1), le valió un gran reconocimiento. No es la primera vez que Valdés realiza una actuación soberbia en París; con el Barça, en el 2006, se proclamó campeón de Europa.