Ocho días después de la decepción sufrida en Málaga en la Copa, el Barça se levantó a lo grande. Con un triunfo de prestigio en Atenas el conjunto de Svetislav Pesic se vino arriba ante el Panathinaikos (81-92) y se afianza en la tercera plaza de la Euroliga, igualado a triunfos con el Madrid (19) y por detrás del Efes (22). Acabar entre los cuatro primeros es el objetivo clave de los azulgranas para tener ventaja de campo en el play-off de cuartos previo a la final four del 22 al 24 de mayo en Colonia.

Fue una victoria cocinada a fuego lento por el Barça. Hasta el último cuarto no logró ponerse por delante. En ese parcial decisivo apareció la mejor versión defensiva de un equipo con escasas luces hasta el descanso. Los pésimos porcentajes en ataque lastraron a los azulgranas, que llegaron al ecuador (45-38) con un 37% en tiros de dos y un 16% en triples.

Una marcha más

Mirotic, que solo sumaba cuatro puntos en la primera mitad de partido, reflejaba a la perfección ese cortocircuito ante un rival más enchufado y dirigido de maravilla por Nick Calathes, que acarició el triple doble (10 puntos, 7 rebotes y 11 asistencias).

No tenía buena pinta el partido para el Barça, pero las estrellas empezaron a emerger para girar la situación. Un tiempo muerto de Pesic (59-48, m. 24) otorgó una marcha más al equipo catalán, que ajustó la cosas al finalizar el tercer cuarto (69-67).

La chispa de Abrines

Ese acto se cerró con una canasta magistral de Abrines, que estuvo mucho más inspirado que en otras citas. Acabó con 13 puntos y aportó soluciones en momentos complicados. No se quedó solo el alero balear. A la hora de la verdad, no faltaron los referentes ofensivos. El cáracter de Delaney (15 puntos, 6 asistencias), el acierto de Higgins (17 puntos) y el esprint final de Mirotic (20 puntos, 9 rebotes) permitieron al Barça revertir el pulso.

Un parcial de 2-13 (69-70, m. 32) supuso la primera ventaja del bloque catalán. El Panathinaikos intentó mantener el intercambio de golpes, pero nueve puntos de Mirotic en los tres últimos minutos sellaron el triunfo culé en una pista que se le resistía de mala manera. Cinco años llevaba sin vencer el Barça en el OAKA, que este viernes reunió a más de 11.000 espectadores.

No solo es importante ganar sino también cómo se gana. El equipo demostró carácter y fe en la segunda parte. Ese es el camino, aseguró Pesic, satisfecho con la excelente defensa de sus hombres en el último cuarto (los griegos solo anotaron 12 puntos en ese periodo). La próxima jornada toca un nuevo reto: visita al CSKA de Moscú, donde los azulgranas no ganan desde hace ocho años.