No dio ayer pistas Ernesto Valverde, entrenador del Barcelona, sobre el estado de su estrella Leo Messi, aunque todo apunta a que el técnico extremeño podrá contar hoy él para el clásico ante el Real Madrid en la ida de las semifinales de la Copa del Rey (Camp Nou, 21.00 horas). De momento, el argentino está en la convocatoria azulgrana. No así Dembélé, que deberá un poco más para reaparecer.

La Copa depara el segundo clásico del curso del fútbol español, un partido que servirá para medir la resurrección del Madrid. El primero, en Liga, fulminó la corta etapa de Lopetegui en el banquillo blanco. Un 5-1 demoledor sin Messi, fue la puntilla a un equipo sin rumbo. Ahora, recuperado en su autoestima y el físico de la mano de Solari, encara un gran reto.

Tres meses han transcurrido desde aquel partido. Tres meses en el fútbol tienen la dimensión de un siglo. El clásico se repite en la Copa y parece que la situación haya dado un vuelco, aunque el Barça sigue muy por delante.

Los dos equipos se enfrentan siguiendo trayectorias idénticas (siete victorias, un empate y dos derrotas en los últimos diez partidos), la distancia en la Liga es mayor (ha aumentado de siete a ocho puntos) y Messi, esta vez, puede jugar. Entonces, estaba descartado por lesión. Y, sin embargo, el Barça destrozó al rival. ¿Cuál es la diferencia? Que Solari va arreglando los desperfectos de Lopetegui, que Benzema marca goles y que a Vinicius se le compara con Neymar.

«Nos analizan tanto que un resultado determinado parece que te desequilibra y uno bueno te pone en la gloria», analizó Valverde, denunciando los severísimos juicios de valor que sufren los grandes. Carentes de perspectiva, como si el empate del Barça ante el Valencia fuera un síntoma de flaqueza y la victoria del Madrid ante el Alavés un mérito subrayable.

EL MEJOR MADRID / «Me espero al mejor Madrid», manifestó Valverde, prudentemente vestido antes de preparar el duelo. Revisó el clásico liguero para detectar los comportamientos tácticos de los jugadores y la manera de prevenirse ante las sociedades blancas, pero no para cultivar el optimismo de sus muchachos. «Es una eliminatoria abierta; en una semifinal entre Barça y Madrid no hay favorito», sentenció Valverde, sin permitirse siquiera sugerir que el factor campo, con la vuelta en el Bernabéu, concede una pequeña ventaja a los blancos.

«El estado de ánimo en un momento determinado cuenta mucho», aceptó Valverde. Antes de aquel duelo, ambos conjuntos tenían motivos para la desconfianza. Messi no estaba en un lado y tampoco Cristiano en el otro; el Barça solo había jugado cinco partidos y el Madrid, cuatro.

SIN INDISCUTIBLES / Solari, el técnico que ha permitido la resurrección del Madrid, aseguró en la víspera del clásico copero que va a Barcelona con la esperanza de «hacer un buen partido y ganar», que ni en su plantilla ni en el fútbol existe la figura de jugador «indiscutible».

El técnico madridista tiene ante sí una decisión difícil que tomar. Sentar a la estrella del equipo, Bale, o hacerlo con el jugador joven que ha resucitado al Madrid, Vinicius. «No hay indiscutibles en el fútbol», dijo sin querer desvelar su decisión.

«Todos los jugadores aportan. Algunos unas cosas y otros otras. Unos más ofensivos y otros más defensivos; unos más experiencia y otros juventud con frescura. Lo importante es que estamos todos, que tiramos hacia el mismo sitio y queremos conseguir los objetivos», añadió.

Por primera vez desde que tomó las riendas del equipo tiene a toda la plantilla disponible. De momento ha aplazado el ‘marrón, de la lista llevándose a 21 jugadores a Barcelona. No están los descartes menos polémicos, Brahim, Fede Valverde y Odriozola, además de Vallejo, que acaba de regresar de una lesión. Hoy tendrá que dejar fuera a otros dos. Uno será Altube, el tercer portero, al que acompañarán dos jugadores de campo.

«Ponemos máximo empeño y la misma concentración que en los partidos anteriores. Lo importante es como afrontemos la eliminatoria, que debe ser como las anteriores o los partidos recientes de Liga. No podemos pensar en lo que viene y solo poner el foco en el partido», añadió.

Destacó que cuanto más cargado esté el calendario de partidos decisivos, mejor para su plantilla: «A nosotros nos encanta la competición y jugamos con la misma naturalidad desde que empieza el año hasta la última fecha».