¿Se habría operado Luis Suárez si el Barça hubiera perdido por 4-1 en Liverpool? El delantero uruguayo tiene la respuesta. La suya. Otro asunto es la percepción ajena que ha producido la insospechable decisión de que el futbolista pasara por el quirófano dos días después del 4-0.

Al Barça le quedan dos partidos para terminar una Liga que está ya conquistada y exhibida más la final de Copa que podría reportar otro doblete, el segundo de Ernesto Valverde en dos temporadas, un logro del que muy pocos entrenadores pueden presumir. Pero los jugará sin su delantero centro porque Suárez pasó por el quirófano el jueves por la noche de una lesión de la que no había constancia.

Acabó el ariete el partido de Anfield sin ningún problema físico, atendió a los medios y el miércoles no hubo ninguna comunicación del club de que hubiera sufrido un percance que le obligara a un prematura artroscopia. El periodo de baja prescrito (de 4 a 6 semanas) le descarta para la final de Copa pero le deja un margen de esperanza para jugar con Uruguay la Copa América (del 14 de junio a 7 de julio).

FRECUENTES MOLESTIAS / El club le fichó un recambio, Kevin Prince Boateng, en una iniciativa que ha resultado fallida cuando no inútil. Suárez no ha descansado nada. Ha jugado 28 de los 31 partidos desde enero, todos completos menos cinco. Ese hombre que debía darle un respiro se ha revelado un fiasco. Apenas ha sido alineado en cuatro partidos, y en ninguno ha dado la talla. Debutó al dia siguiente de aterrizar y jugó 62 minutos en el Sánchez Pizjuán el 23 de enero, 60 ante el Valladolid en el Camp Nou y 90 en Huesca y en Vigo, en vísperas de dos duelos europeos.

No se ha ganado el puesto para la final, así que Valverde debe buscar otra opción. La más natural sería que ejerciera Messi de ‘9’, acompañado en las bandas por dos extremos. Pero Dembélé está lesionado (hay serias dudas de que pueda llegar a la cita), Coutinho está deprimido y Malcom, infrautilizado.