Tras obtener resultados satisfactorios ante equipos italianos en la Liga de Campeones, Barcelona y Real Madrid ya piensan en el clásico que se disputará mañana. Lo hacen con diversas dudas en sus equipos iniciales.

Tata Martino no deja de mirar a la enfermería ni de charlar con los médicos desde que Piqué volvió lesionado de San Siro. Completó los 90 minutos ante el Milan, pero acabó con molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Ayer no se entrenó con el grupo. Hoy se espera que sí pueda trabajar para someterse a una última prueba.

Su baja obligaría a diseñar un eje central defensivo, con tres piezas para dos sitios: la rapidez de Bartra, la anticipación y el gen competitivo de Mascherano o el oficio de Puyol, que solo ha jugado un partido, el Pamplona, en los últimos siete meses.

Otra decisión de enorme calado será el centrocampista que descarte, sea Xavi, Iniesta o Cesc. Si es que, al final, no coloca a este último de falso nueve , escoltado entonces por Neymar y Messi.

En el Real Madrid, Gareth Bale tiene muchas papeletas para ser de la partida desde el inicio, según desveló Ancelotti tras el encuentro del miércoles ante la Juventus. Ante el Barcelona, la consigna no variará de la de los últimos años. Es decir, defensa agresiva, robar y salir en estampida hacia la portería de Valdés. Para eso, todo indica que Ancelotti mantendrá la base del equipo que se enfrentó a la Juventus. En las bandas Arbeloa se las verá con Neymar y Marcelo con Alves. Ramos y Pepe vigilarán muy de cerca a Messi cuando el argentino rompa la primera línea de fuego en el centro.

En esa zona del campo todo indica que volverá levantarse un muro con el trivote formado por Khedira, Illarramendi y Modric. Por la derecha jugaría Bale, que firmaría así su segundo partido como titular. Estaría acompañado por Di María y por Cristiano o por el portugués y por Benzema, si Ancelotti mantiene su aireada fidelidad hacia el francés.