Se sabía (e intuía casi desde que se fue), pero no se había escuchado todavía ninguna voz oficial. Se sabía que Neymar anda loco por abandonar París cuando no se han cumplido ni dos años de su llegada. Se intuía y se sabía que el astro brasileño desea volver, si pudiera mañana mismo lo haría, al Camp Nou para reencontrarse con Messi y Suárez en aquella foto icónica del tridente del 2015 que devuelve al Barça a la última Champions que conquistó. «Neymar quiere volver al Barça», reveló ayer Jordi Cardoner, el vicepresidente azulgrana del área social.

Lo que parecía una utopía hace un par de meses ahora no se percibe así. Neymar, entretanto, guarda silencio, aunque llegará un momento de este largo verano en el que deberá tomar la palabra. El París SG ya lo puso abiertamente en el mercado cuando Nasser Al-Khelaïfi, su presidente, dijo estar harto de su actitud, sobre todo fuera del campo. «Nadie le obligó a firmar aquí», afirmó el dirigente del club parisino, recordando que «ya no quiere más comportamientos de estrellas».

COMPLEJA OPERACIÓN / El Barça, que se movía en privado con el brasileño, ya empieza a hacerlo en público asumiendo, por supuesto, que se enfrenta a una compleja operación, que tiene larguísimas e inacabables ramificaciones. Compleja porque se trata de sacar de París al jugador más caro de la historia ya que pagó 222 millones, su cláusula de rescisión con el Barça, para llevárselo en agosto del 2017. No han pasado ni dos años. Compleja también porque el club azulgrana ya ha invertido ese dinero en dos jugadores, cuyo futuro queda ahora también estrechamente ligado al de Neymar.

Coutinho, el más caro de la historia, costó 120 millones más 40 en variables y Dembélé, el segundo más caro, 105+40 en variables. Compleja, además, porque el fichaje de Griezmann, según dijo Miguel Ángel Gil Marín, el consejero delegado del Atlético de Madrid, está ya pactado con el Barça desde el pasado mes de marzo.

«No sabemos si llegará o no a buen puerto la operación, pero no me sorprende que quiera volver como también les pasó a Cesc o Piqué, por ejemplo», admitió Cardoner, precisando luego que «no está fichado ni hemos hablado con él». Compleja porque no solo se trata de un simple intercambio de estrellas sino de si al Barça aún le queda fuerza salarial suficiente para que conviva tanto crack. Quienes sí hablan, y a menudo con Neymar, son Messi y Luis Suárez.

Bartomeu, que guarda silencio tras la tormenta posterior a Anfield --ratificar a Valverde fue su gran decisión desde el pasado 7 de mayo-- tiene la última palabra en una jugada que marcará los dos años finales de su mandato presidencial. Neymar quiere volver. Y las estrellas del Camp Nou quieren que vuelva.