La caja del Barça tiene más telarañas de las que esperaba encontrar la nueva junta de Rosell después de abrirla. A falta de la auditoría económica, un informe que el club tendrá en unos 10 días, la situación financiera no está para tirar cohetes. "La salud económica del Barça está peor de lo esperado", aseguró ayer Javier Faus, vicepresidente económico azulgrana, quien anunció un duro plan de austeridad para los próximos seis años.

Faus explicó que de los 155 millones del crédito sindicado firmado con 10 bancos y cajas (La Caixa y el Santander aportan el 50%), 79 se destinarán a la refinanciación de la deuda bancaria (210 millones), otros 15 irán a una serie de avales y los 61 restantes se utilizarán para el pago de sueldos pendientes desde el 30 de junio. El interés que pagará el club será el euríbor más un 2,5%.

LOS ABONOS, GARANTIA El vicepresidente económico detalló que el club ha tenido que presentar como garantía del crédito los abonos de los socios de las dos próximas temporadas, ya que las entidades financieras no aceptaban el contrato de televisión con Mediapro como aval.

Faus explicó que el club tardó varios días en firmar la concesión de los 155 millones ya que tuvo que modificar el plan de negocio anterior.

EL plan preveía un incremento de los abonos en un 8%, el primer año, y de un 15% los cuatro restantes, así como la venta de patrimonio por 50 millones, el traspaso de un jugador cada temporada por 30 millones y los ingresos de otros 20 por esponsorizar la camiseta. "Eran propósitos poco realistas", criticó claramente Faus.