El Real Madrid no estará en la semifinales de la Liga Endesa de baloncesto por primera vez en 12 temporadas. El vigente campeón se ha quedado este viernes fuera del torneo después de que el Valencia se haya impuesto al Herbalife Gran Canaria (81-97), lo que deja sin opción alguna a los de Pablo Laso, hagan lo que hagan a continuación ante el Casademont Zaragoza. El Valencia, como líder del grupo B, se medirá el domingo con el Baskonia por un puesto en la final, mientras que el San Pablo Burgos, que cumplió con su parte al derrotar al Andorra (88-86), lo hará con el Barça.

Se impuso la lógica en la última jornada y se consumó el batacazo merengue. El Madrid necesitaba ganar y que el Valencia, anfitrión de este final de liga exprés, cayera en La Fonteta ante el conjunto de Fotis Katsikaris que, eso sí, llegaba al choque con opciones de clasificarse para las semifinales. El que ganaba, obtenía el pase. No debió ayudar a los gracanarios que el club anunciara al técnico griego que no cuenta con él para la próxima temporada el día antes de tan importante duelo, una decisión que este calificó de "desconcertante e injusta".

DE LA HEGEMONÍA AL FIASCO

El Valencia llegó a marcharse por 10 puntos en el primer cuarto, y aunque el Herbalife se fue vivo al descanso, los locales volvieron del vestuario con un parcial de 2-17 definitivo. En cualquier caso, la eliminación del Madrid, consumada en este choque, se había ido fraguando a lo largo de la semana. Primero con la inesperada derrota ante el Burgos, arreglada en cierto modo con la victoria sobre el Valencia, y sobre todo con el recital que el MoraBanc Andorra le dio a los de Laso el miércoles, cuando quedaron definitivamente en la cuerda floja. El Barça cayó en cuartos en la Copa y el Madrid lo ha hecho en la Liga. Una temporada típica.

Desde el curso 2007-08, cuando se despidió en cuartos ante el Unicaja, no se quedaba el Madrid fuera de unas semifinales de la Liga Endesa. De hecho, desde la llegada al banquillo de Pablo Laso en el 2011, el equipo blanco había disputado todas las finales de la ACB, con un balance de 5 victorias y 3 derrotas. Seis Copas del Rey y dos Euroligas (con otras dos finales perdidas) son el botín blanco en estos 9 años, lo que ayuda a calibrar la magnitud del fiasco madridista.

UN EQUIPO ENVEJECIDO

Sin Euroliga en la que pensar (anulada por la pandemia del coronavirus), el Madrid ya puede ponerse a pensar en la próxima temporada. Después de unos años de claro dominio en España, la edad media de su plantilla, 30 años, se ha convertido en un problema. Diez de sus 15 integrantes superan la treintena (siete en el Barça, con una media de 28,6).

Los 32 años de Sergio Llull, los 35 de Rudy Fernández, los 37 del renovado Jaycee Carroll o los 40 de Felipe Reyes, y los problemas físicos que han ido arrastrando a lo largo del año, son una prueba del desafío al que se enfrenta la dirección deportiva del club blanco.