Quedan seis meses para la inauguración del Mundial de Brasil y el país sigue viviendo episodios que alteran su imagen cara a un campeonato tan importante. El partido de este domingo entre el Atlético Paranaense y el Vasco da Gama ha registrado gravísimos enfrentamientos entre los hinchas de ambos clubs que se han saldado con cuatro heridos graves y una imagen lamentable. Una salvajada en toda regla en el estadio Arena de Joinville.

Apenas ha transcurrido un cuarto de hora de partido cuando se ha desatado la pelea ante la ausencia absoluta de policía. La falta del típico cordón policial que separa a ambas aficiones ha propiciado que los hinchas locales atacaran las posiciones de los visitantes, con puñetazos, patadas y tremendas agresiones que han dado la vuelta al mundo. Una vergüenza que deja en muy mal estado al país. "No había policía suficiente para garantizar lo más importante: la vida", ha declarado Roberto Dinamita, presidente del Vasco.

La policía, en helicóptero

La magnitud de los hechos ha llevado a aparecer en helicóptero a la policía en el césped, mientras se veía a hinchas golpeados salvajemente por aficionados rivales. El duelo se ha celebrado en Santa Catalina, a unos 100 kilómetros de Curitiba, donde jugará España el tercer choque de la primera fase ante Australia.

Pese a las impactantes imagénes, el partido ha continuado después de la entrada de la policía en el recinto, que ha actuado durante una hora para garantizar la seguridad. A continuación, ha seguido el encuentro, finalizado con goleada del Paranaense (5-1), lo que ha propiciado el descenso del Vasco.