El segundo capítulo de la nueva era David Beckham en el fútbol estadounidense, su debut oficial, se cumplió con la presencia del jugador británico durante 12 minutos en el cuidado césped del Home Depot Center para satisfacer los intereses televisivos y los patrocinadores de su imagen.

Antes, Beckham se pasó todo el tiempo sentado en el banquillo, haciendo caras, aplaudiendo algunas de las acciones de sus compañeros y poniendo cara poco convincente de desilusión por el gol que marcó a los 49 minutos el internacional John Terry para que el Chelsea venciese por 1-0 al Galaxy, su nuevo equipo.

Ante la poca calidad de fútbol que se daba en el campo, a las cámaras de televisión tampoco les importaba demasiado porque se cansaron de mostrar las nuevas botas de Beckham, medias, como masca chicle y sus poses.

Más descarado fue el interés por Beckham que cuando comenzó a realizar los ejercicios de calentamientos se olvidaron por completo de lo que sucedía en el campo y lo siguieron por más de un minuto.

Tampoco podía faltar que las cámara se fijasen en su esposa, la cantante Victoria, con su nuevo modelo de gafas de sol oscuras que prácticamente le tapan su cara. A su lado, la actriz Katie Holmes, que estaba en el mismo palco privado del campo, mientras que otra famosa, Jennifer Loeve Hewitt, se encontraba entre los espectadores para presenciar su primer partido de fútbol.

Lo mismo sucedió con los actores británicos John Hurt y Ray Winstone que reconocieron haber ido por primera vez al Home Depot Center para ver un partido de fútbol, una actividad que nada tiene que ver con su mundo de Hollywood y la zona residencial de Beberly Hills.

Tampoco quisieron perderse el debut de Beckham los jugadores de la NBA, el francés Tony Parker, de los Spurs de San Antonio, acompañado por su esposa, la actriz de televisión Eva Longoria, y el alero Kevin Garnett, de los Timberwolves de Minnesota.

Dentro del mundo de la política, el máximo representante del estado de California, Arnold Schwarzenegger, quiso hacer acto de presencia para destacar el honor de que haya en la ciudad de Los Angeles un equipo que desde ahora cuenta con uno de los mejores jugadores del mundo. "Estoy seguro que el fútbol se va a convertir en un deporte tan popular como lo es el béisbol de las Grandes Ligas y Californía va a contar con un equipo en el que está una súper estrella", comentó Schwarzenegger. "El fútbol ya se impone en colegios y actividades deportivas de la comunidad".

Pero Beckham, al margen de alcanzar el sueño de llegar al mundo de Hollywwod, quiere convertir a Estados Unidos una nación que se apasione y coloque al fútbol como el deporte "rey".

Pero, si el debut de Bekcham es la primera piedra que necesita el deporte de fútbol para que se convierta en uno de los grandes dentro del profesionalismo en Estados Unidos, como sucede en el resto del mundo, entonces los cimientos van a seguir siendo muy poco sólidos. Nadie puede cuestionar todo el ambiente tipo Hollywood, con carpeta roja incluida para la llegada de Beckham, pero luego en el campo de juego, los 27.000 espectadores que llenaron el Home Depot Center vieron muy poco, y eso fue porque el Chelsea quiso ofrecerlo para cumplir con los millones que le han pagado en su gira.

De Beckham, en realidad no vieron absolutamente nada que no fuesen imágenes publicitarias, de la nueva camiseta del equipo, blanca como la que se puso con el Real Madrid, toda una serie de calentamientos preliminares por la banda, ciento de fotógrafos y camarógrafos, y tres o cuatro toques de balón con un saque de esquina.

La presentación oficial de Beckham no se dio hasta el minuto 77 cuando salió para sustituir a Alan Gordon y fue recibido con una gran ovación, mientras que la retirada del campo la hizo mostrando dolor por un fuerte golpe que le dieron al minuto 90 y que el jugador inglés no pudo evitar.

A pesar del dolor, Beckham admitió que todo había sido muy positivo, porque estuvo al lado de los nuevos compañeros y además vivió un ambiente muy especial. "No importa lo que pasó en el partido, lo que cuenta es que he estado con mis nuevos compañeros y la atmósfera dentro y fuera del campo ha sido increíble", comentó Beckham. "Siempre dije que no estaba en condiciones físicas para jugar, pero es muy agradable el haber podido estar aquí".

Beckham como el resto de los jugadores tanto del Galaxy y del Chelsea no pudieron hablar mucho del apartado futbolístico porque en realidad fue muy pobre y escaso, pero el partido no había sido diseñado para que fuese una fiesta del deporte del fútbol sino del mundo de Hollywood en la nueva versión Galaxy de Los Angeles.