Apenas tenía 3 años, casi no sabía hablar y ya le dedicaba todo su tiempo a la gimnasia rítmica. Es Leire Leo, campeona de España en la categoría benjamín. Matías Romero, también campeón de España benjamín, comenzó un poco más tarde. Tenía 6 años y seguía los pasos de su hermana mayor. Los dos tienen ahora 8 y compiten con el club Hadar de Gimnasia Rítmica de Cáceres, con el que han llegado a lo más alto.

Disciplina y constancia no les falta. La gimnasia rítmica es un deporte muy exigente y para llegar a lo más alto son necesarias muchas horas de entrenamiento. Tantas como le dedican ambos en el club Hadar. «Los niños entrenan cuatro horas diarias de lunes a sábado», explica el padre de Matías.

Compaginar resulta difícil en deportes de alto rendimiento como la gimnasia rítmica debido al agotador ritmo diario que llevan. «El tiempo que están en casa lo aprovechan para hacer deberes o estudiar», cuentan los padres de ambos niños. El deporte que practican les ha hecho ser exigentes en todos los aspectos de sus vidas. «En el colegio son igual de estrictos y los resultados siempre son muy buenos. La gimnasia les hace ser así en todo lo que hacen», aclara la madre de Leire.

Debido a su corta edada aún no son conscientes de todo lo que han logrado. «No creo que realmente se hagan una idea clara de lo que han conseguido. Saben que ser campeones de España es algo bueno, pero no sé si saben la magnitud o lo difícil que es llegar a conseguir ese título», coinciden los progenitores de Leire y Matías.

Tan solo tienen ocho años, pero parecen tener muy claro lo que quieren. Están convencidos que lo que hacen les gusta. «La veo muy segura de lo que quiere hacer. De momento no se vería fuera de todo esto. Es su forma de vida», cuenta la madre de Leire. «Es cierto que no tienen demasiado tiempo para estar con sus amigos o ir a fiestas de cumpleaños, pero la gimnasia lo compensa todo».

Esta modalidad gimnástica requiere de mucho esfuerzo, tanto físico como económico.Un esfuerzo que hasta ahora no se ha visto reconocido por parte de las instituciones y que en ocasiones resulta insostenible para los padres. «Es un deporte que ocasiona muchos gastos. Los trajes que llevan oscilan entre los 400 y 700 euros, y necesitan varios por temporada. Si a eso le sumas viajes, dietas, alojamientos, pago de licencias…, se convierte en un auténtico problema», explican.

«Están trayendo reconocimiento y medallas nacionales a Cáceres y a día de hoy no se ha valorado», insisten para repetir que no cuentan con ningún tipo de ayuda.

Lo que está claro es que estos pequeños seguirán llevando a Cáceres y Extremadura a lo más alto. Lo hacen junto al club Hadar, que desde el año 2010 no ha dejado de cosechar títulos. Como los últimos obtenidos en el nacional de Guadalajara.