Ion Izagirre es un ciclista de una calidad exquisita. Es pillo. Y esta es una faceta muy importante para todo aquel corredor que quiere convertirse en cazador de etapa. Aunque el pequeño de los Izagirre, este año en el Astana, le cuesta sacar nota en las rondas por etapas, se mueve hábilmente en las carreras de una semana. Esta temporada ya ha ganado la ronda valenciana y ahora en World Tour, en la París-Niza que ha finalizado este domingo, se ha anotado su primera victoria de etapa en el gran circuito del ciclismo mundial.

Y lo ha hecho ante la atenta mirada de los dos grandes protagonistas de la 'Carrera del Sol', ambos de Colombia, dos corredores que han entretenido no solo a los aficionados al ciclismo de su país, que son muchos, sino a todos los seguidores del planeta ciclista. Camino de Niza, a 50 kilómetros de la meta, Nairo Quintana, al más puro estilo Contador, o como hizo el año pasado Marc Soler, perseguido por el viento en esta edición, ha atacado a su joven compatriota Egan Bernal. Por delante, y siempre por segundos, Quintana arañaba el jersey amarillo que defendía Bernal protegido por un Sky incuestionable, el mejor equipo del mundo a la hora de resolver estos contratiempos. Al final, triunfo en solitario de Izagirre, rendición sin bajar la cabeza de un valiente Quintana y festejo de Bernal, que gana la París-Niza y que demuestra a los 22 años que es de lo mejorcito que hay entre los corredores que todavía están creciendo en el pelotón mundial.