Llega Bernardo García Álvarez (Puerto de Santa María, Cádiz, 22-6-1992) al Cáceres Patrimonio de la Humanidad con el mismo perfil bajo que la mayoría de sus nuevos compañeros. No atesora un gran historial ni tampoco las expectativas alrededor suyo son altas, pero es un poco el signo de este equipo: se les podría llamar los sin nombre de las veces que son confundidos por el aficionado medio que sigue la LEB Oro. «Alf Pedersen» por Sylvester Berg, «Francisco Salvador» por Paco del Águila, «Jordy Kluiper» por Jordy Kuiper, «Akeem Joseph» por Arkeem Joseph... El propio Luis Parejo, molesto, se lo afeó a un tuitero de Lugo hace unos días.

Y, pese a todo, el camino hacia la clasificación para los playoffs de ascenso por primera vez en cuatro años está encarriladísimo a base de un océano de sudores anónimos. El colectivo por encima de la individualidad, como demostró haber apartado a Niko Rakocevic para el choque ante el Breogán, un conflicto solucionado aparentemente ya. «El cansancio de la célula supone el vigor del organismo. ¿Acaso te mueres al cortarte las uñas?», le dijo O’Brien a Winston Smith mientras le torturaba en 1984, la novela de George Orwell.

Berni, como todos le llaman, también es un sin nombre. Su carrera nunca ha llamado especialmente la atención. Pasó por las canteras de Unicaja y Granada y, a nivel profesional, ha alternado la LEB Plata (Ávila) con la Liga EBA (Novaschool, Vélez, Muro, Calviá). Hasta los 27 años no ha debutado en Oro, el pasado septiembre, y no es que precisamente haya brillado en Huesca en lo que va de temporada: 1,3 puntos (con pálidos porcentajes de tiro), 1,1 asistencias en 9 minutos en pista de media en 16 encuentros.

Ahora el Cáceres ha supuesto una inesperada oportunidad después de concluir su contrato en el club oscense el pasado 22 de febrero. Ocupará por ahora el papel que tenía Aitor Zubizarreta en la rotación antes de lesionarse en el hombro derecho, un problema que preocupa, y mucho, en el club extremeño. «Fue todo muy rápido, pero había predisposición por ambas partes. De un día para otro apareció la ocasión», contó ayer García en su presentación. Y es que su incorporación se produjo casi en el último minuto antes del cierre del plazo que establece la Federación Española.

La intensidad por bandera

Director de juego de 1,83, lo que afirmó de sí mismo casa con lo que le pide Roberto Blanco a sus jugadores: «Soy intenso defensivamente y juego alegre y rápido, pudiendo cambiar el ritmo de los partidos. Presiono a los bases rivales y soy agresivo de cara al aro», afirmó. Para ser competitivo tendrá que completar su aterrizaje en la liga, que reconoció dificultosa en Huesca. «Tuve la mala suerte de que llegué a última hora, sin pretemporada, y tuve un periodo de adaptación. Físicamente y técnicamente la LEB Oro es más complicada, se juega a otra velocidad», añadió.

El nuevo verdinegro elogió a su entrenador («me está poniendo las cosas muy fáciles») y también a un veterano como Ricardo Úriz, con el que se ve las caras desde el lunes. «Intento aprender de él al igual que hice en Huesca con Fran Cárdenas, otro jugador que ha estado en ACB. Esto es como un máster para mí. Estoy seguro de que me van a ayudar», comentó.

A su lado, Sergio Pérez, director deportivo-gerente del Cáceres, avaló el fichaje, que es hasta final de la campaña y no temporal, con un mensaje de ambición. «Los deberes están hechos con la permanencia casi asegurada, pero queremos aprovechar la oportunidad de la buena dinámica que tenemos y poder luchar por los playoffs. Por eso hemos traído a Berni, porque lo de Zubi es un imprevisto y no tenemos un diagnóstico concluyente. Esperamos saberlo lo antes posible», indicó.

Todos, incluyendo Rakocevic y con la excepción del magullado Zubizarreta, preparan el encuentro del sábado en Ourense. En caso de ganar, clasificarse para las eliminatorias de ascenso empezará a ser una posibilidad muy tangible: el conjunto gallego, que ha sido durante buena parte de la campaña el gran rival por la novena plaza, se quedaría ya a cuatro victorias de diferencia. Y es que el Cáceres es, tras el HLA Alicante y empatado con el Detelco GBC, el segundo mejor equipo de la segunda vuelta. Y todo a base de sin nombres.